Mientras eso ocurría en Tenochtitlan, los procuradores de la Villa Rica de la Vera Cruz,Alonso Hernández Portocarrero y Francisco de Montejo, habían llegado a Sevilla. Era octubre de 1519 cuando el obispo Juan Rodríguez de Fonseca se enteró de los acontecimientos, girando órdenes al contador de la Casa de Contratación Juan López de Recalde para incautar el tesoro que transportaban los procuradores. Fray Benito Martín había conseguido ya en la corte el título de adelantado para Diego Velázquez de Cuéllar y solicitó que se otorgara plena autoridad al gobernador de Cuba para castigar la insubordinación de Cortés.
Rodríguez de Fonseca aún tenía el control delConsejo de Castilla, el cual atendía los asuntos de las Indias, pero el obispo de Badajoz Pedro Ruiz de la Mota y el secretario del rey Francisco de los Cobos y Molinaquedaron impresionados por el oro traído de México. El obispo de Badajoz abogó por Cortés ante el rey Carlos I. Por otra parte los procuradores acudieron a Martín Cortés, padre del caudillo, para tratar de conseguir mediante cartas una entrevista con el rey, quien al escuchar esta solicitud se mostró interesado en recibirlos y en conocer a lostotonacas que habían traído en el viaje. Los emisarios de Cortés llegaron tarde aBarcelona en donde encontrarían al rey, pero éste, en constante movimiento, se había trasladado a Burgos. No obstante, pudieron contactar al abogado Francisco Núñez y al consejero del rey Lorenzo Galíndez de Carvajal, quien decidió apoyarlos.
Carlos I había sido elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, además de atender los asuntos de la Guerra de las comunidades de Castilla, debería hacer frente al conflicto de la reforma luterana y viajar hacia Aquisgrán donde sería coronado. Sin embargo, mostró gran interés en los asuntos de Indias. Cuando los emisarios de Cortés llegaron a Burgos la corte se había desplazado a Valladolid. En Tordesillas el monarca sostuvo una reunión informal con los procuradores, pero fue hasta el 30 de abrilde 1520, en Santiago de Compostela, donde el comité del Consejo de Castilla escuchó finalmente a los procuradores.
El comité estaba conformado por el cardenalAdriano de Utrecht, el canciller imperialMercurino Arborio Gattinara, el obispo de Badajoz Pedro Ruiz de la Mota, el arzobispo de Palermo Jean Carondelete, el arzobispo de Granada Antonio de Rojas Manrique, el comendador mayor de Castilla Hernando de la Vega, y el obispo de Burgos Juan Rodríguez de Fonseca. Además estuvieron presentes en la reunión el doctor Diego Beltrán, Luis Zapata, Francisco de Aguirre,Lorenzo Galíndez de Carvajal, Pedro Mártir de Anglería, Bartolomé de las Casas, Juan de Sámano, y Francisco de los Cobos y Molina. Se realizó una larga sesión en la que fueron cuestionados los procuradoresFrancisco de Montejo, Alonso Hernández Portocarrero y el emisario del gobernador de Cuba, Gonzalo de Guzmán. A pesar de que el obispo de Burgos acusó a Cortés y sus hombres como desertores y traidores, el 17 de mayo de 1520 el comité decidió aplazar la resolución hasta escuchar nuevas pruebas tanto de Velázquez como de Cortés.
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