Territorio del Virreinato de la Nueva España en su máxima expansión.
La pugna entre Cortés y Velázquez para obtener el derecho de gobernar los territorios conquistados había sido estudiada en mayo de 1520, antes de la caída de Tenochtitlan, por el Consejo de Castilla. En esa ocasión se determinó aplazar el veredicto para que las partes involucradas presentaran más pruebas y argumentos.
Fray Benito Martín siguió transmitiendo quejas de Cortés al obispo Juan Rodríguez de Fonseca para que éste apoyara a Velázquez, pero la Guerra de las Comunidades de Castilla había atraído la atención de todo el reino. Fue hasta abril de 1521 cuando Fonseca arrestó al procurador Alonso Hernández Portocarrero bajo la excusa amañada de haber seducido ocho años antes a una mujer llamada María Rodríguez. Portocarrero nunca fue puesto en libertad y murió en prisión. El siguiente paso del obispo de Burgos fue nombrar al veedor de Santo Domingo, Cristóbal de Tapia, como gobernador, sustituyendo la capitanía de Cortés. A pesar de que el cardenal Adriano de Utrecht desconfiaba de Fonseca, autorizó el nombramiento, pues se encontraba preocupado ante los acontecimientos relativos al discurso de la Dieta de Wormsque había pronunciado Martín Lutero.
En mayo de 1521 llegaron a Sevilla Diego de Ordás y Alonso de Mendoza con un cargamento de oro y portando la segundacarta de relación de Cortés. El oro fue confiscado por la Casa de Contratación, pero los emisarios lograron huir y se pusieron en contacto con Francisco de Montejo. Juntos lograron entrevistarse con el cardenal Utrecht y le mostraron la carta dirigida a Carlos I. En el documento, Cortés utilizaba por primera vez el nombre de Nueva España. Había creído conveniente la denominación para bautizar al territorio recién conquistado, debido entre otros argumentos, a la similitud de climas con España.
Además de notificar los avances de la conquista, los emisarios informaron al cardenal la confiscación del tesoro que se había efectuado en Sevilla y de las órdenes que Fonseca había girado para cerrar el paso a Ordás y Mendoza. La desconfianza de Utrecht aumentó, debido a que también había escuchado rumores de la pretensión del obispo de Burgos de casar a su sobrina con Velázquez. Tras las acusaciones, el cardenal investigó los hechos y ordenó a Fonseca abstenerse de intervenir en los asuntos de Cortés y Velázquez. Se revocaron las órdenes que había emitido el obispo, liberándose también los embargos de Sevilla.
De cualquier forma, las instrucciones enviadas a Cristóbal de Tapia llegaron a Santo Domingo a finales del verano de 1521. Se ordenaba a Tapia tomar la gobernación del territorio, sustituyendo del cargo a Cortés. A pesar de que la Audiencia de la Española no estaba conforme con la determinación, Tapia viajó a la Villa Rica de la Vera Cruz y fue recibido por el alcalde Rodrigo Rangel y por el regidor Bernardino Vázquez de Tapia en diciembre de 1521. Se enviaron mensajeros con las nuevas noticias a Coyoacán, en donde ya residía Cortés.
Con su acostumbrada diplomacia ante estas situaciones, Cortés envió una carta de bienvenida al veedor. La misiva fue llevada por fray Melgarejo y en ella se explicaba que los trabajos de conquista no habían sido concluidos, y por tanto, se excusaba de no poder asistir a la entrevista personalmente. Los procuradores de las villas de Vera Cruz y Segura de la Frontera, coludidos con el plan, hicieron eco a las aseveraciones de su capitán. De manera atenta reconocieron la autoridad de Tapia, así como las instrucciones reales pero le solicitaron retirarse por el bien de los trabajos de la conquista. Tapia no tuvo más opción que acceder, y zarpó de regreso a La Española. Casi de inmediato arribó procedente de Cuba Juan Bono de Quejo. Velázquez lo había enviado con cartas en las cuales el nombre del destinatario era un espacio en blanco para ser llenado. Los documentos estaban firmados por el obispo Fonseca y en ellos se ofrecían beneficios a quienes aceptaran reconocer a Cristóbal de Tapia como nuevo gobernador. Para mala suerte de Velázquez, el veedor se había marchado a La Española, en donde había determinado no interferir más, por el bien de la conquista.
En enero de 1522, el cardenal Utrecht fue nombrado sucesor del papa León X. A partir de entonces los asuntos de Indias fueron atendidos por el tesorero de Castilla, Francisco Pérez de Vargas. El nuevo papa,Adriano VI, ratificó al emperador Carlos V, labula Exponi nobis fecisti y la intención de enviar frailes de la orden mendicante y frailes menores de orden regular a los territorios recién conquistados por Hernán Cortés.
En marzo de 1522 ya habían llegado noticias del sometimiento de la ciudad de México-Tenochtitlan. Carlos I organizó un nuevo comité que fue antecedente del Consejo de Indias. Confirmó la decisión de Adriano VI, de excluir al obispo Fonseca de los asuntos de la Nueva España. Entre los miembros que participaron en esta ocasión estuvo el doctor Diego Beltrán, el licenciado Francisco de Vargas, el canciller Mercurino Gattinara, el comendador de la orden de SantiagoHernando de la Vega, el consejero realLorenzo Galíndez de Carvajal y los consejeros flamencos Charles de Poupet, señor de la Chaulx, y De La Roche.
A fin de llegar a conclusiones, el comité analizó las cartas de Diego Velázquez, las quejas de Vázquez de Ayllón, el informe de Cristóbal de Tapia, las cartas de Hernán Cortés y las cartas firmadas por los procuradores de la Villa Rica de la Vera Cruz. Así mismo, se entrevistaron a diversos testigos, entre los más importantes Andrés de Duero, Benito Martin, Diego de Ordás, Alonso de Mendoza y Francisco de Montejo.
Se determinó que no había razón para que Diego Velázquez tratara como suya la conquista, pues solamente había gastado parte de dinero para financiar la empresa y eso podría ser reembolsado por Cortés, siempre y cuando el gobernador demostrase que era su propio dinero y no de la corona. Además se concluyó que el documento con el que había nombrado a Cortés como capitán no tenía validez pues carecía de autoridad.
El 11 de octubre de 1522 se nombró oficialmente a Hernán Cortés como«adelantado, repartidor de indios, capitán general y gobernador de la Nueva España». Cortés quedó obligado a reembolsar los gastos erogados por Diego Velázquez. A este último se le indicó que no volviera a inmiscuirse en los asuntos de Cortés y se le ordenó presentar una probanza por su conducta. Cuatro días más tarde, el 15 de octubre de 1522, se firmó un decreto real en el cual fue nombrado Alonso de Estradacomo tesorero real de la Nueva España,Gonzalo de Salazar como factor, Rodrigo de Albornoz como contador y Pedro Almíndez Chirino como veedor para ayudar a Hernán Cortés en su gobierno.
Los primeros frailes que viajaron a Nueva España en 1523 fueron Juan de Aora, Juan de Tecto, y Pedro de Gante. En mayo de 1524 llegaron a San Juan de Ulúa los franciscanosMartín de Valencia, Toribio de Benavente«Motolinía», Francisco de Soto, Martín de Jesús, Juan Suárez, Antonio de Ciudad Rodrigo, García de Cisneros, Luis de Fuensalida, Juan de Ribas, Francisco Ximénez, Andrés de Córdoba y Juan de Palos, conocidos como los doce apóstoles. En 1528Juan de Zumárraga fue nombrado primer obispo de la Nueva España.
Detalle de la costa americana en el mapa del cartógrafo portugués Diego Ribeiro de 1529.
Debido en parte a ausencias frecuentes de Cortés y también a permanentes intrigas, Alfonso de Aragón y de Estrada, Rodrigo de Albornoz y Alonso de Zuazo sustituyeron a Cortés en varias ocasiones entre 1526 y1528. Debido a las mismas intrigas y con el objeto de restar poder a Hernán Cortés, el 13 de diciembre de 1527 se confió el gobierno a la primera Real Audiencia de México, presidida por Beltrán Nuño de Guzmán y cuatro oidores, la cual entró en funciones los primeros días de 1528. Ese mismo año,Carlos I de España también nombró a Nuño de Guzmán como gobernador de la provincia de Pánuco y como capitán general de la Nueva España en 1529. El nuevo gobernador se comportó como un acérrimo enemigo de Cortés, llegando al punto de arrestar a Pedro de Alvarado sólo porque éste hablaba bien del conquistador.
En 1529 Carlos I ordenó a Cortés regresar a España recibiéndole en Toledo. El rey ya no le devolvió el cargo de gobernador de Nueva España, pero le nombró «marqués del Valle de Oaxaca», con veintidós villas y veintitrés mil vasallos. Después de esto Cortés volvió a casarse, esta vez con Juana de Zúñiga, hija del conde de Aguilar y sobrina del duque de Béjar y en 1530 regresó a México con el encargo de organizar expediciones alPacífico sur.
Nuño de Guzmán comenzó una campaña cruenta, sitiando poblados, arrasando cultivos, torturando y ejecutando a los jefes de las poblaciones. Quebrantó la paz con elcazonci purépecha Tangáxoan Tzíntzicha a quién asesinó. Su pueblo se sublevó y fue sometido. Nuño de Guzmán continuó su campaña por los actuales territorios de los estados de Nayarit, Jalisco, Colima,Aguascalientes y partes de Sinaloa,Zacatecas y San Luis Potosí, fundando el reino de Nueva Galicia. Fueron siete años hasta que las quejas hicieron que la Corona española lo enjuiciara y mandara regresar preso y con grilletes a España.
El 17 de abril de 1535 se creó el Virreinato de Nueva España y Antonio de Mendoza fue nombrado virrey, gobernador, capitán general y presidente de la Real Audiencia de México. Durante su período los viajes de exploración fueron apoyados. Hernán Cortés realizó las expediciones a la península de Baja California; en 1540, Francisco Vázquez de Coronado encabezó una expedición a los actuales territorios del noroeste de México y suroeste de Estados Unidos, en 1542 Juan Rodríguez Cabrillo realizó una expedición a las costas de las actuales ciudades de Los Ángeles y San Diego en California. Había concluido la conquista. Empezaba la época colonial propiamente dicha.
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