Lago de Texcoco, al sur el lago de Xochimilco y sureste lago de Chalcocon la «isla de Cuitláhuac» (Tláhuac).
Debido a que los tesoros fueron utilizados para conseguir los aprovisionamientos y se respetó además el quinto del rey, no hubo reparto de oro para los soldados. Algunos se inconformaron, entre ellos se encontraba Andrés de Duero, lo cual provocó el rompimiento de la larga amistad con Cortés. Éste decidió dejar partir a los inconformes de regreso a Cuba para evitar posibles sublevaciones y redactó ordenanzas militares y civiles para controlar a los que se quedaron.
Las fuerzas españolas comenzaron el avance hacia Texmelucan acompañadas por un gran contingente de tlaxcaltecas, quienes sumaron diez mil hombres bajo el mando de Chichimecatecle. El objetivo de Cortés fue realizar un bloqueo a la ciudad de Tenochtitlan. Los pueblos de Huexotla,Coatlinchan, Chalco, Amecameca,Tlalmanalco, Ozumba, y Mixquic, decidieron apoyar a los españoles proveyéndoles también de alimentos.
Cuando las fuerzas españolas llegaron a Tetzcuco, el tlatoani Coanácoch huyó hacia Tenochtitlan para reunirse con Cuauhtémoc. La población también evacuó la ciudad, yéndose en parte a Tenochtitlán en miles de barcas sin que Cortés pudiera evitarlo. Los tlaxcaltecas por su parte incendiaron el palacio de Nezahualpilli, en el cual se encontraban los códices texcocanos. Ixtlilxóchitl, enemigo y hermano del tlatoani, se convirtió en aliado incondicional de los españoles, fue designado señor de la ciudad, y sobre la base de esto Cortés logró que parte de la población volviera. Allí recibió delegados de varias localidades de la región comunicando su apoyo a los españoles.
Después de ocho días fortificando su recinto en Texcoco, y sin recibir ataques, Cortés avanzó hacia el sur sobre Iztapalapa con 15 jinetes, 200 infantes y 5.000 aliados indios, incluyendo un número indeterminado de texcocanos a las órdenes de Ixtlilxóchitl. Esto implicaba situarse casi sobre las veredas de acceso a Tenochtitlán. Tomó Itzapalapa, pero gran parte de los defensores pudieron ser evacuados en barcas. Por la noche los mexicas abrieron obras de contención provocando que la ciudad se inunde, por lo que Cortés debió evacuar la plaza esa misma noche, perdiendo las provisiones que había tomado. Al día siguiente los mexicas envían un ejército por tierra, y tropas que atacan desde balsas y se retiran cuando los españoles intentan cargar. Sin poder evitar el hostigamiento de las barcas, sin atreverse a atacar al ejército de tierra, que era muy numeroso, y sin alimentos, Cortés opta por replegarse a Texcoco. Pese a su temor de que haber sido rechazado evitara que continuaran pasando al bando español nuevas ciudades, recibe luego delegados de Otumba y otras poblaciones que le comunican su apoyo.
Al no tener comunicación directa con la costa, Cortés envía a Gonzalo de Sandoval con tropas para escoltar a parte de las fuerzas tlaxcaltecas a sus tierras, con la ropa obtenida por estas como botín, llegar a Veracruz para enviar correspondencia de Cortés y expulsar a su regreso a la guarnición mexica de Chalco, desde donde la población ofrecía pasar al bando español. Por su parte, Cuauhtémoc había ordenado cortar las líneas de suministro españolas en Chalco y Huexotla, pues el maíz de la zona era de vital importancia. Tras alcanzar Veracruz, Sandoval derrotó a los mexicas en Chalco y regresó a Texcoco.
El 15 de febrero de 1521 Cortés consideró que la construcción de los bergantines debía terminarse cerca del lago. Un gran número detamemes y aliados tlaxcaltecas transportaron las tablas desde Tlaxcala hasta las orillas dellago de Texcoco y se excavaron zanjas para poner las embarcaciones en el agua.
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