Carranza gobernó de 1917 a 1920, aunque no logró pacificar del todo al país ya que continuaron levantamientos villistas en el norte, zapatistas en el sur, otro movimiento contrarrevolucionario de Félix Díaz que duró hasta mediados de 1920, así como otras rebeliones en Chiapas, Oaxaca y Michoacán.
A grandes rasgos se pueden dividir en 3 grupos los movimientos anticarrancistas: los revolucionarios anticonstitucionalistas, en donde destacan los villistas, los zapatistas, los cedillistas en San Luis Potosí, arenistas, ubicados en el estado de Tlaxcala, y los calimayoristas en Chiapas; los contrarrevolucionarios, entre los que se encuentran los pelaecistas, quienes se ubicaron en la costa superior del Golfo de México, los felicistas, quienes apoyaron a Félix Díaz durante su incursión al país por Tamaulipas y lo siguieron posteriormente por Oaxaca, Chiapas y Guatemala y de regreso nuevamente por Veracruz, en una campaña que duraría hasta mediados de 1920, los soberanistas, que operaban en Oaxaca y cuyos principales líderes eran José Inés Dávila y Guillermo Meixueiro, mapachistas y pinedistas, conocidos comúnmente como «finqueros» y que operaban en el estado de Chiapas, y los aguilaristas, que se encontraban en Oaxaca. Finalmente también se encontraban alzados sin banderas, como los altamiranistas, cintoristas y los chavistas, quienes operaban en el estado de Michoacán pero fueron derrotados finalmente el 8 de enero de 1918 en el pequeño municipio de Huandacareo del mismo estado con apenas 83 hombres colocados estratégicamente en el pueblo.
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