Tras la derrota de los remanentes de las fuerzas expedicionarias francesas y conservadoras mexicanas, el famoso político liberal Benito Juárez García, se alza con el triunfo de la república y entra triunfante a la ciudad de México.
Casi un mes después, ya con el II Imperio totalmente derrotado, con el control político, y militar de la nación, Benito Juárez tras recibir las felicitaciones de las autoridades civiles capitalinas, se dirigió a Palacio Nacional, para de manera inmediata expedir un manifiesto de concordia y paz para todo el pueblo.
Es aquí, como parte de este manifiesto, donde se encuentra la celebérrima frase que a la vez es parte indisoluble tanto de la historia personal del personaje como de la historia misma del México Republicano: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Aunque el texto completo del manifiesto no desmerece, en forma alguna, ante el impacto de la famosa frase, y que esta misma ocasionalmente se cita de manera completa, resulta que sólo la parte que dice: “…el respeto al derecho ajeno es la paz”, suele ser la más popular y conocida de todo el texto.
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