Paternalismo industrial es la denominación historiográfica de la política social de algunas grandes empresas a partir de la época de la Revolución industrial. Esta política se basaba, por parte de los empresarios, en la construcción de viviendas para sus empleados, la financiación de economatos, escuelas primarias o técnicas, instalaciones sanitarias y culturales, actividades festivas, etc.
En España fue destacable el caso de Asturias en la época de expansión de la industria hullera y siderúrgica, con ejemplos como la construcción del pueblo minero de Bustiello por parte de la Sociedad Hullera Española o la política de grandes empresas como Duro Felguera.
Durante el franquismo se desarrollaron extensamente programas de política social paternalista de inspiración múltiple (corporativista, fascista, nacionalcatólica, doctrina social de la iglesia) a través de las distintas instituciones del Movimiento Nacional, de las empresas nacionalizadas (Hunosa, Ensidesa, Renfe, Iberia, Telefónica) o de los grandes grupos oligopolísticos. Sería más correctamente llamado paternalismo estatal, al depender de la acción de un gobierno y no de una empresa privada, aunque en muchos casos fueron políticas llevadas a cabo en combinación de ambas instituciones.
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