viernes, 29 de diciembre de 2023

Economía

A nivel económico, la cultura maya aprovechó al máximo sus tierras. La agricultura es la industria principal y está organizada según el parentesco, lo que significa que la tierra pertenece al Ahau, avatar del grupo, quien la distribuye según las necesidades de cada familia. La cosecha quedó en manos del campesino, aunque éste debía ceder una parte al señor para mantener el apoyo de la familia gobernante y la burocracia. La recompensa por esta transferencia fue doble: por un lado, la familia gobernante aseguró la supervivencia de los campesinos durante la crisis proporcionándoles alimentos y ropa de los almacenes estatales; Alimentos y ropa para asegurar la supervivencia de los agricultores. 
Por otro lado, realizaba los rituales necesarios para atraer el favor de los dioses de la lluvia y la vegetación. 
La falta de producción excedente, combinada con la división sexual del trabajo en los hogares mayas, impidió el surgimiento del comercio, excepto el comercio entre diferentes ciudades-estado, que consistía principalmente en bienes escasos, no producidos o de baja calidad.

Organización político-administrativa

El gobierno de la sociedad cultural maya cayó en manos de los principales clanes, quienes tenían el monopolio de las tareas administrativas, especialmente religiosas. Los descendientes de los fundadores son verdaderos dioses vivientes que tienen el liderazgo político, económico, judicial y militar de la sociedad; por tanto, tienen derecho a ceder los cargos políticos de mayor responsabilidad a sus hermanos y sobrinos. El poder todopoderoso de Halach Huinich (Hombre Verdadero), también conocido como Ahau (Señor), deriva de su papel como mediador entre sus parientes superiores (dioses) y sus parientes inferiores (humanos). Las herencias se transmiten de padres a hijos. Pero si Ahao muere sin descendientes varones, el título pasará a manos de una mujer. 
Si abandona al mismo tiempo a su hija, el cargo es heredado por el hermano mayor, lo que provoca una profunda transformación de los distintos linajes del clan. Halach Huinic controlaba la vida comunitaria desde la capital regional y contaba con la ayuda de una segunda tribu gobernante, los Batabub, que dirigían centros secundarios subordinados, presidían los consejos comunitarios y supervisaban la recaudación de tributos y la justicia distributiva. En tiempos de guerra, Batabub debe entregar el poder a Nakom, que es el líder militar supremo y disfruta de pleno poder durante un máximo de tres años.