jueves, 6 de abril de 2017

Toma de Zacatecas

Pintura que representa la Toma de Zacatecas. A la izquierda en primer plano se encuentran Francisco Villa y Felipe Ángeles, al centro la ciudad de Zacatecas y al fondo el Cerro de la Bufa.

Artículo principal: Toma de Zacatecas (1914)

Especialmente, la ciudad de Zacatecas tenía una gran importancia para ambos bandos debido a que era un cruce ferroviario que debían de tomar los revolucionarios procedentes del norte del país antes de llegar hasta la capital. La ciudad, que se encuentra rodeada de altos cerros, presentaba un gran obstáculo para los atacantes. El general Medina Barrón, encargado de las defensas de la ciudad, colocó la artillería del ejército federal en la cima de dos de los cerros más altos: el de la Bufa y el del Grillo.

Felipe Ángeles llegó a Calera (a 25 kilómetros de Zacatecas) el 19 de junio de 1914 y salió a reconocer el terreno para la batalla. Francisco Villa se presentó en las inmediaciones de la ciudad el 22 de junio, y ordenó que la ofensiva comenzara a las 10 de la mañana del día siguiente.

Conforme a lo planeado, los villistas atacaron las posiciones federales en los cerros de la Bufa, del Grillo, la Sierpe, Loreto y de La Tierra Negra, mientras cuarenta cañones apoyaban el despliegue de la infantería que ascendía por los cerros que rodeaban la ciudad.

Alrededor de las 05:40 de la tarde las tropas federales comenzaron a abandonar sus posiciones y huir de forma desorganizada, poco tiempo después los revolucionarios tomaron los cerros de la Bufa y del Grillo, avanzando posteriormente sobre la ciudad. Las tropas de Villa mataron a una gran cantidad de soldados que trataban de huir, contabilizándose cinco mil muertos en el bando federal, por tres mil en el bando revolucionario.

A pesar de la victoria, Villa no pudo ser el primero en llegar a la capital debido a que Carranza bloqueó los envíos de carbón a la División del Norte, el cual era necesario para alimentar los ferrocarriles de Villa.

Por otro lado, Obregón bajó por Sinaloa y Jalisco, ocupando Guadalajara, desde donde se dirigió al centro del país. González bajó por Monterrey, Tampico, San Luis Potosí y Querétaro. Con estos avances el movimiento dejó de ser exclusivo del norte del país y abarcó prácticamente la mitad del territorio nacional, lo que al mismo tiempo ocasionó que otros sectores sociales se incorporaran. Además, conforme avanzaron las fuerzas revolucionarias, se tuvieron que establecer diversos pactos con los lugareños a cambio de apoyo, por lo que se hicieron decretos obreristas y agraristas.

Avance revolucionario y toma de Zacatecas

Principales movimientos de la revolución constitucionalista.

Para inicios de 1914 los revolucionarios dominaban casi todo el norte del país (a excepción de Baja California). En Durango, Pablo González y Jesús Carranza, (o Jesús Agustín Castro y Luis Caballero en su ausencia), habían tomado el liderazgo del movimiento cuando Carranza tuvo que salir hacia Sonora después de que fuerzas huertistas tomaron el control del estado a mediados de 1913. Para entonces, los hermanos Cedillo se habían convertido en la fuerza dominante de San Luis Potosí; en Tepic operaba exitosamente Rafael Buelna; en Jalisco Félix Bañuelos y Julián Medina; y en Michoacán José Rentería LuvianoGertrudis Sánchez y Joaquín Amaro Domínguez. En Veracruz, la lucha estaba encabezada por Antonio GalindoCándido AguilarHilario Salas y Miguel Alemán.

Durante marzo y abril de 1914 los ejércitos del norte comenzaron a avanzar hacia la capital, Obregón por occidente, Villa por el centro, y Pablo González por el este con la intención de derrocar a Huerta, lo que motivó y facilitó el estallido de numerosos alzamientos en los estados centrales del país.

Intervención estadounidense

Desembarco estadounidense en Veracruz.

El 9 de abril, seis barcos estadounidenses anclaron cerca del puerto de Tampico, y cuando uno de ellos se acercó al puerto, su personal fue aprehendido por soldados federales mexicanos. Aunque los estadounidenses fueron liberados al poco tiempo, el contraalmirante estadounidense Mayo pidió al general huertista Morelos Zaragoza un castigo ejemplar para quienes habían realizado las detenciones y exigió que se izara la bandera de los Estados Unidos, a la cual se le deberían rendir honores con 21 cañonazos. El gobierno huertista trató de llegar a un arreglo, pero todo fue en vano debido a que el presidente Wilson ya había dado instrucciones para la ocupación del puerto de Veracruz, evitando que Huerta recibiera un embarque de municiones procedentes de Alemania que era transportado en el Ipiranga. La infantería estadounidense tomó la aduana de Veracruz el 21 de abril de 1914, posteriormente todo el puerto y el día 22 el de Tampico.

Huerta rompió entonces las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos y envió a la mayor parte de su ejército al estado. ArgentinaBrasil y Chile (grupo conocido como ABC) se ofrecieron a actuar como mediadores en el conflicto durante las conferencias en Niagara Falls, Canadá, el 20 de mayo de ese mismo año. El 24 de junio se firmó finalmente un acuerdo que establecía que los Estados Unidos reconocerían cualquier gobierno provisional que resultara del conflicto armado, compensarían a los ciudadanos estadounidenses que se vieran afectados por la revolución y que su gobierno no exigiría indemnización alguna por el incidente de Tampico.

Movimientos en el centro y sur del país

Revolucionarios tabasqueños.

A diferencia de la activa participación que se vivió durante esta etapa en el norte del país, las regiones del centro y sur del territorio nacional estuvieron poco involucradas en el proceso, salvo algunos movimientos de consideración.

En el centro del país, por el hecho que la población tuviera un carácter urbano-industrial y el control mantenido por el ejército huertista, la rebelión tuvo un débil desarrollo. En el estado de San Luis Potosí se levantaron en armas los hermanos Cedillo —SaturninoCleofás y Magdaleno—, aunque actuaron de manera independiente a los antihuertistas locales que reconocían a Carranza como líder. En el estado de Hidalgo operaron Nicolás FloresVicente SalazarFrancisco Mariel y Daniel Cerecedo, y en Tlaxcala Máximo Rojas y Domingo y Cirilo Arenas.

En el sur, su lejanía con los Estados Unidos —en donde se compraban las armas para la revolución—, de los principales frentes de batalla, y su virtual incomunicación del país, ocasionó que la población se viera renuente a participar en el conflicto armado.

Dentro de los movimientos de la zona destacó el de Zapata, que también luchó contra el gobierno federal al cual desconoció el 4 de marzo, aunque lo hizo como un movimiento independiente al llamado «constitucionalista». Además, los métodos drásticos y cruentos de represión utilizados en su contra por el gobierno huertista hicieron que el número de alzados aumentara considerablemente, pues los habitantes se vieron obligados a intensificar la lucha defensiva. En el estado de Guerrero operó Jesús Salgado, de filiación zapatista, los hermanos Figueroa —RómuloFrancisco y Ambrosio; todos ellos ex maderistas—, y Julián Blanco, en la costa de Acapulco. Al mismo tiempo, en Oaxaca operó Juan José Baños, mientras que en Tabasco participaron varios líderes como Ignacio Gutiérrez GómezPedro ColoradoFernando Aguirre ColoradoErnesto Aguirre ColoradoLuis Felipe Domínguez y Carlos Greene, aunque sus acciones no llegaron a inquietar al gobierno federal.

Movimientos en el norte del país

Este movimiento se caracterizó por tener una naturaleza legalista, cuyos segundos mandos estaban compuestos por los principales políticos y burócratas del estado. Entre los militares que integraban sus filas estaban: Jesús Carranza —hermano del gobernador—, Pablo GonzálezFrancisco CossCesáreo Castro y Jacinto B. Treviño, veteranos de la lucha contra el gobierno de Díaz.

En el estado de Sonora, los generales Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles le brindaron su apoyo a Carranza de manera inmediata, tomando el liderazgo del movimiento en el estado junto con Salvador AlvaradoManuel Diéguez y Adolfo de la Huerta, entre otros. Esta facción estuvo representada por una clase media con cierta capacidad militar, que contaba con experiencia para realizar pactos con grupos populares.

En Chihuahua, si bien la clase media había sido la protagonista durante la lucha contra Porfirio Díaz y su gobierno, la muerte de Abraham González y la adhesión al bando huertista de Pascual Orozco tuvieron como resultado que la lucha en el estado la dirigiera Francisco Villa, miembro de las clases bajas, por lo que sus lugartenientes y segundos mandos —entre los que destacan Maclovio HerreraRosalío Hernández y Toribio Ortega— también eran parte de los sectores populares.

Otros movimientos importantes fueron establecidos en los estados de Durango, donde los principales líderes rebeldes eran de origen popular —como Tomás UrbinaOrestes PereyraCalixto Contreras y los hermanos Arrieta (DomingoMariano y Eduardo)—; y en Zacatecas, encabezado por Fortunato Maycotte y Pánfilo Natera, el cual fue un movimiento de clase media y populares.

El 18 de abril tuvo lugar en Monclova, Coahuila, una convención a la que acudieron representantes del movimiento revolucionario de los estados de Chihuahua, Sonora y Coahuila, cuya duración fue de tres días, durante los cuales fue ratificado el Plan de Guadalupe, la unión de las fuerzas de los tres estados en un solo ejército, y el compromiso de Carranza para cumplir el Plan de Guadalupe, que le convirtió en el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y líder de la rebelión en el norte.

Conforme fue esparciéndose el movimiento se le hicieron adiciones al plan original, principalmente por parte de políticos coahuilenses y antihuertistas de Sonora y Chihuahua.

En el mes de mayo la División del Noroeste, al mando de Álvaro Obregón, tomó los poblados de Santa Rosa y Santa María, con lo que prácticamente se aseguró el control de Sonora. Por ello avanzó por la costa del Pacífico hasta llegar al centro de Jalisco. En Chihuahua y parte de la Comarca Lagunera operó la División del Norte de Francisco Villa. La División del Noreste, comandada por Pablo González, y la División del Centro, al mando de Pánfilo Natera, completaron las tropas constitucionalistas que se enfrentaron al régimen huertista durante la segunda mitad de 1913.

Revolución constitucionalista

El ascenso al poder de Huerta provocó que los antiporfiristas se levantaran en armas, iniciando lo que se conoce como «Revolución constitucionalista» en marzo de 1913 en el norte de México.

Plan de Guadalupe

Venustiano Carranza (al centro) en La Cañada, Querétaro, el 22 de enero de 1916.

Ante la urgencia y gravedad del momento en que Victoriano Huerta rompió el orden constitucional y criminalizado su ambición al deponer y ordenar la muerte del Presidente Francisco I Madero, el 19 de febrero de 1913, el Congreso del Estado Soberano, Libre e Independiente de Coahuila de Zaragoza resolvió conceder al gobernador poderes y facultades extraordinarias para integrar una fuerza militar que reponga el orden jurídico y cancele la opción de permanencia al usurpador.

Reunidos en la Hacienda de Guadalupe, en Saltillo, Carranza y otras personalidades, entre las que destacan Lucio Blanco y Jacinto B. Treviño, proclamaron el Plan de Guadalupe, que desconocía a los tres poderes de la federación y comunicaba que se tomarían las armas para restablecer el orden constitucional. Se nombraba además a Carranza jefe del «Ejército Constitucionalista» y se le daba la facultad de ocupar interinamente la presidencia de México para convocar a elecciones.

Relación con los Estados Unidos

Pocos días después de la decena trágica, Woodrow Wilson asumió la presidencia de los Estados Unidos. Wilson, que no simpatizaba con Huerta, envió a agentes para que le informaran la situación que prevalecía en el país. John Lind llegó a México para sustituir a Henry Lane Wilson y presentó a Huerta en agosto de 1913 cuatro propuestas del gobierno estadounidense:

Cese al fuego inmediato y armisticio definitivo.Elecciones libres inmediatas con la participación de todas las facciones.Que el general Huerta no participara en dichos comicios.Acuerdo de todos los partidos de acatar el resultado y cooperar en el nuevo gobierno.

Las propuestas fueron rechazadas por medio del secretario de Relaciones Exteriores, Federico Gamboa, por lo que el presidente Wilson declaró a los Estados Unidos neutral en el conflicto. De esta forma ninguna de las dos facciones podría comprar armamento del país fronterizo.

Dictadura de Victoriano Huerta

De izq. a der.: José C. Delgado, Victoriano Huerta y Abraham F. Ratner.

Victoriano Huerta, al llegar al poder, se volvió un dictador que anuló la democracia y la libertad por medio de la fuerza militar. Huerta recibió el apoyo de los grandes hacendados, altos mandos militares, del clero y de casi todos los gobernadores, a excepción de José María Maytorena, gobernador de Sonora, y de Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila. La gestión huertista se propuso entonces dos metas: lograr la pacificación del país y lograr el reconocimiento internacional de su gobierno, especialmente por parte de los Estados Unidos.

Intentó conseguir el apoyo de orozquistas y zapatistas, concediendo amnistías generales y enviando representantes. Pascual Orozco puso algunas condiciones que le fueron otorgadas, como el empleo de guardias rurales para sus soldados, pago de sueldos a costa del erario y pensiones a viudas y huérfanos, por lo que el 27 de febrero de 1913 Orozco hizo oficial su apoyo al gobierno. Zapata, por su parte, rechazó tajantemente cualquier oferta, por lo que el movimiento morelense continuó su lucha contra el gobierno de Huerta.

La Cámara de Diputados se opuso al gobierno huertista e incluso la facción maderista fue sumamente crítica con sus acciones. Belisario Domínguez, diputado chiapaneco, escribió un discurso en el que condenaba la violencia desatada y acusó a Victoriano Huerta de asesino. Después de ser prohibida su lectura en el Congreso por parte de la Cámara de Senadores, lo difundió por escrito. Poco tiempo después fue asesinado y cuando los miembros de la Cámara exigieron que se investigara su muerte y se garantizara la vida de los miembros del Poder Legislativo, Huerta decidió disolver la Cámara y mandó arrestar a varios de sus miembros. Cuando la Cámara de Senadores tuvo conocimiento de estos hechos sus miembros acordaron disolver su propia Cámara, por lo que Huerta asumió facultades extraordinarias.

miércoles, 5 de abril de 2017

La Decena Trágica

Soldados sublevados durante la Decena Trágica.

Desde mediados de 1912 se había estado gestando una conspiración en la que participaron Rodolfo Reyes, hijo de Bernardo, y los generales Manuel Mondragón, representante de Félix Díaz, y Gregorio Ruiz.

El día 9 de febrero se inició el golpe de Estado que se consumó en diez días, por lo que es conocido tal acontecimiento como «Decena Trágica». Durante esa jornada se rebelaron los alumnos de la Escuela de Aspirantes de Tlalpan y una tropa del cuartel de Tacubaya. Marcharon en dos columnas: una hacia Tlatelolco y otra hacia Lecumberri, con la finalidad de liberar tanto al general Bernardo Reyes como a Félix Díaz.

Después de ser liberado, Reyes se dirigió hacia el Zócalo de la Ciudad de México, donde buscaba que la guarnición del Palacio Nacional lo secundara. Sin embargo, el general Lauro Villar, jefe de la plaza, ordenó el fuego, muriendo Reyes en el lugar. Félix Díaz, por su parte, se dirigió a la plaza de La Ciudadela, lugar donde estableció su cuartel. Mientras tanto, Madero salió de la entonces residencia oficial presidencial, el Castillo de Chapultepec, y se dirigió a Palacio Nacional, donde relevó al general Villar, que había resultado herido durante el combate con Reyes, y encargó a Victoriano Huerta que sofocara la rebelión mientras él salía a entrevistarse con Felipe Ángeles en Cuernavaca.

Madero regresó confiado a la capital acompañado del general Ángeles y Rubio Navarrete, que se había trasladado desde Querétaro. Huerta se encargó de retrasar y entorpecer los ataques, por lo que Gustavo Madero lo mandó aprehender. El 17 de febrero, Huerta recusó los cargos de Gustavo, reafirmando su lealtad a Francisco I. Madero. Éste ordenó su liberación, recriminando a su hermano por impulsivo. Al día siguiente Huerta y Félix Díaz firmaron el llamado Pacto de la Ciudadela, conocido también como Pacto de la Embajada debido a que fue firmado en la embajada estadounidense en presencia de Henry Lane Wilson. El pacto establecía el compromiso de Huerta de apresar al presidente y disolver el Ejecutivo para tomar la presidencia de la República de forma provisional, a fin de que, llegadas las elecciones, Félix Díaz fuera nombrado presidente.

En la Ciudad de México, a las nueve y media de la noche del día dieciocho de febrero de mil novecientos trece, reunidos los señores generales Félix Díaz y Victoriano Huerta[...] expuso el señor general Huerta que, en virtud de ser insostenible la situación por parte del gobierno del señor Madero, ha hecho prisionero a dicho señor, a su gabinete y a algunas otras personas. Después de discusiones[...] se convino lo siguiente: Primero. Desde este momento se da por inexistente y desconocido el Poder ejecutivo que funcionaba. Segundo. A la mayor brevedad se procurará solucionar en los mejores términos legales posibles la situación existente, y los señores Díaz y Huerta pondrán todos sus empeños a efecto de que el segundo asuma antes de setenta y dos horas la presidencia provisional[...]

El general Victoriano Huerta
El general Félix Díaz.


Poco antes de la reunión, Gustavo A. Madero fue detenido en un restaurante de la Ciudad de México y trasladado a la Ciudadela,donde fue torturado y posteriormente asesinado.

El general Aureliano Blanquet se encargó de apresar en el Palacio Nacional al presidente Madero y al vicepresidente Pino Suárez. La madrugada del 19 de febrero, en sesión extraordinaria de la Cámara de Diputados, se aceptó la renuncia de ambos. Fue designado entonces como presidente el secretario de GobernaciónPedro Lascuráin, cuya única acción de gobierno fue nombrar, a su vez, a Victoriano Huerta como secretario de Gobernación, para que 45 minutos después pudiera renunciar y se diera paso a que Huerta fungiera como el presidente interino de México, conforme a la legislación vigente.

Madero y Pino Suárez permanecieron presos en Palacio Nacional hasta la noche del 22 de febrero, siendo luego trasladados a la Penitenciaria del Distrito Federal, pero casi al llegar a su destino fueron asesinados.

Intervención del embajador Wilson

El embajador estadounidense en México, Henry Lane Wilson, se involucró en la política nacional mexicana.

El embajador estadounidense en el país durante el gobierno de Madero fue Henry Lane Wilson, quien, enemistado con Madero, intervino en la política nacional para derrocarlo. Wilson tuvo varias fricciones con el gobierno mexicano porque éste no había favorecido los intereses comerciales de inversionistas estadounidenses, sino que, al contrario, proclamó una serie de medidas nacionalistas que los afectaban. Por ejemplo, una nueva legislación ferroviaria ocasionó que aquellos trabajadores estadounidenses que no supieran español fueran reemplazados por trabajadores mexicanos. Además, una nueva legislación respecto a la explotación petrolera en el país obligaba a los extranjeros a pagar impuestos.

Wilson se encargó entonces de acrecentar las fricciones entre ambos países enviando a su gobierno informes alarmistas sobre la situación del país, por lo que el gobierno de Estados Unidos exigió que se salvaguardara la integridad de sus ciudadanos radicados en México y que se garantizaran las inversiones realizadas.

Movimientos contrarrevolucionarios

Rebeliones de Bernardo Reyes y Félix Díaz

El general Bernardo Reyes convocó a un levantamiento armado. Ante el fracaso se entregó y fue encarcelado en la Ciudad de México.

Véanse también: Bernardo Reyes y Félix Díaz.

Bernardo Reyes había intentando competir en las elecciones para presidente en 1911, pero ante las amenazas de los maderistas decidió salir del país y desde San Antonio, Texas, lanzó el Plan de la Soledad en noviembre de 1911, el cual buscaba desconocer el gobierno de Madero. Regresó a México el 5 de diciembre pero se encontró con que sus seguidores habían desertado, por lo que terminó entregándose ante las autoridades federales. Fue encarcelado en la prisión de Santiago Tlatelolco y posteriormente juzgado por un tribunal de guerra acusado de sedición. Dicho tribunal lo encontró culpable, por lo que lo destinó a una corte marcial.

En el estado de VeracruzFélix Díaz, sobrino de Porfirio, se levantó en armas el 16 de octubre de 1912 seguido de algunos militares de la zona. Sin embargo, el movimiento no tuvo la repercusión esperada y a los pocos días fue derrotado por tropas federales. El 23 de octubre fue capturado y remitido a la ciudad de México, donde fue encarcelado.Fue sometido a una corte de guerra, que lo sentenció a muerte. A pesar de ello, bajo presiones de miembros de la Suprema Corte (porfiristas), la pena se le conmutó por prisión perpetua.

Levantamiento de Pascual Orozco

Desde el momento en que Pascual Orozco desobedeció las órdenes de Madero y se dirigió a atacar Ciudad Juárez se rompieron las relaciones entre estos dos personajes. La situación se agravó cuando no fue elegido para formar parte del gabinete del gobierno provisional formado tras la firma de los Tratados de Ciudad Juárez y cuando durante las elecciones a gobernador de Chihuahua, Orozco perdió frente al candidato que Madero apoyaba, Abraham González.

En marzo de 1912 Orozco desconoció el gobierno de Madero y llamó a levantarse en armas contra él por medio del Plan de la Empacadora. Su movimiento logró convocar a las clases populares, media y alta, además de que cobró fuerza después de derrotar a Villa. Victoriano Huerta fue encomendado por el gobierno maderista para sofocar la rebelión. Después de vencer al orozquismo se convirtió en héroe nacional, ganándose además la confianza del presidente.

Movimiento zapatista

Emiliano Zapata proclamó el Plan de Ayala, documento que desconocía el gobierno maderista.

Dos días después de la toma de posesión de Madero, el presidente envió un representante a Morelos pidiendo que Zapata licenciara sus tropas. Zapata puso como condiciones que el gobernador del Estado Ambrosio Figueroa fuera removido del cargo, el retiro de las tropas federales, indulto y salvoconducto para los integrantes de su ejército y el establecimiento de una ley agraria que mejorara la calidad de vida en el campo. Madero rechazó las condiciones y envió al ejército a Villa de Ayala, donde establecieron un cerco y abrieron fuego con la intención de terminar con el movimiento. Zapata y sus hombres lograron huir al estado de Puebla, y el 28 de noviembre dieron a conocer el Plan de Ayala, documento redactado por Otilio Montaño y firmado por elementos del Ejército Libertador del Sur. En dicho documento se acusó a Madero de haber impuesto al vicepresidente y los gobernadores de los estados en contra de la voluntad popular, se le acusaba de dictador y estar «en contubernio escandaloso con el partido científico, hacendados feudales y caciques opresores enemigos de la revolución». Además se reconocía como «Jefe de la Revolución» a Pascual Orozco y, en caso de que éste no aceptara, quedaría como jefe Emiliano Zapata.

Al enterarse del Plan de Ayala, el presidente Madero redobló los esfuerzos por terminar con el movimiento sin conseguirlo, lo que al mismo tiempo lo llevó a una mayor enemistad con los hacendados.

A lo largo de 1912 la lucha entre zapatistas y el gobierno fue de reducida intensidad, entre pocos y pequeños grupos rebeldes zapatistas y las tropas del general Felipe Ángeles, quien había recibido instrucciones de Madero de que la lucha no fuera excesivamente violenta.

Presidencia de Madero (1911-1913)

Durante este periodo de transición, el 27 de noviembre de 1911 se modificó la Constitución Mexicana en sus artículos 78 y 109, prohibiendo así las reelecciones del presidente y vicepresidente, aunque este último podía postularse en el período inmediato. Además, en diciembre de 1911 se formuló la ley electoral, misma que fue reformada en mayo de 1912. La instauración de dicha ley tenía como finalidad ampliar la libertad electoral, limitar la intervención estatal en las elecciones y expandir el universo de electores, buscando una mayor igualdad electoral.

Durante el mandato de Madero se transformó casi en su totalidad la pirámide del poder: llegaron nuevos gobernadores, muy diferentes a los que habían participado en el gobierno de Díaz, además de que viejos jefes políticos se vieron desplazados por un nuevo aparato gubernativo dominado por las clases medias, aunque obreros y campesinos siguieron relegados de los procesos políticos.

domingo, 26 de marzo de 2017

Revolución Maderista

Principales enfrentamientos durante la revolución maderista.

El 14 de noviembre, , acompañado de cerca de setenta hombres, se adelantó en la lucha armada debido a que había sido descubierto y se había ordenado su aprehensión, por lo que se rebeló contra el gobierno federal en la localidad de Cuchillo Parado, en el estado de Chihuahua, uniéndose posteriormente a otro grupo rebelde maderista.

El 20 de noviembre, fecha señalada para comenzar la Revolución Mexicana, tuvieron lugar 13 levantamientos: el primer levantamiento fue en el municipio de Gómez PalacioDurango siendo esta la cuna de la revolución, el domingo 20 de noviembre de 1910 un grupo de rebeldes comandados por Jesús Agustín Castro asaltaron el banco de la ciudad y liberaron a los presos de la cárcel municipal invitándolos a formar parte de su causa, ocho en Chihuahua, una en San Luis Potosí y tres en Veracruz, todos principalmente en zonas rurales. Dentro de dichos movimientos destacaron los de Pascual Orozco y Francisco Villa en Chihuahua; José María Maytorena y Eulalio y Luis Gutiérrez en Coahuila; Cesáreo Castro en Cuatro Ciénegas, Coahuila; José de la Luz Blanco en Cuchillo ParadoChihuahua; los hermanos Figueroa en Guerrero; y Emiliano Zapata en Morelos.

El primer encuentro entre revolucionarios y tropas federales tuvo lugar el 21 de noviembre en Ciudad Guerrero, Chihuahua, donde las huestes de Pascual Orozco, seguidor de Abraham González, se enfrentaron contra el tercer regimiento caballería, al mando del capitán Salvador Ormachea. Orozco finalmente se apoderó de la ciudad el 30 de noviembre y partió hacia Pedernales, donde derrotó a las tropas federales. Para finales de ese mes, la lucha se había extendido a siete estados de la república.

El 15 de diciembre de 1910, Francisco Villa fue desalojado de San Andrés por tropas federales al mando del teniente coronel Agustín Martínez. Posteriormente enfrentó al general Navarro y decidió retirarse a Parral.

Díaz tomó el control el ejército federal desde la capital y ordenó al general Navarro retomar Ciudad Guerrero con ayuda del 20° batallón de infantería. Los revolucionarios y federales se enfrentaron en el cañón Mal Paso, donde los seguidores maderistas tuvieron que retirarse después de seis horas de combate. Un par de días después, tras cuatro horas y media de lucha, lograron vencer los revolucionarios. Díaz ordenó que se reforzaran las tropas de Navarro, quien entró a Ciudad Guerrero el 6 de enero sin combatir, pues la ciudad había sido abandonada.

En ZacatecasLuis Moya se levantó en armas, venciendo posteriormente a las tropas federales en Aguaje, Durango. Poco después tomó la plaza de San Juan de Guadalupe, en ese mismo estado. Salvador Alvarado y Juan G. Cabral tomaron las armas en el estado de Sonora, ocupando los poblados de CuquiarachiFrontera y BacoachiSeveriano Talamantes, por su parte, hizo lo mismo en Sahuaripa, mientras que Praxedis Guerrero se sublevó en Janos, en el estado de Chihuahua, pero fue muerto por las tropas federales.

Antecedentes de la Revolución mexicana

Fotografía del entonces coronel Porfirio Díaz, realizada en 1861. Para esta edad, Díaz era diputado federal y ya había participado en dos guerras, a saber: Revolución de Ayutla y Guerra de Reforma.

El periodista John Kenneth Turner ca. 1920, este periodista vaticinó la ocurrencia de la Revolución mexicana en su libro México bárbaro.

Porfirio Díaz, un mestizo oaxaqueño que se destacó en los ejércitos liberales combatiendo contra grupos conservadores y que participó en la Intervención Francesa, había asumido la presidencia desde 1876 tras el triunfo de la rebelión de Tuxtepec, y para el final de su séptimo mandato, en 1910, había mantenido una dictadura de 34 años.Durante los últimos años de su gobierno Díaz gozó de poca credibilidad y sus opositores se iban incrementando debido a que se padecieron diversas crisis simultáneas en todos los ámbitos: social, político, económico y cultural.

Revolución mexicana

Conflicto interno de México entre 1910 y 1920

La Revolución mexicana fue un conflicto armado que se inició en México el 20 de noviembre de 1910. Hoy suele ser referido como el acontecimiento político y social más importante del siglo XX en México.

Los antecedentes del conflicto se remontan a la situación de México bajo el Porfiriato. Desde 1876 ejerció el poder en el país de manera dictatorial. La situación se prolongó por 31 años, durante los cuales México experimentó un notable crecimiento económico y estabilidad política. Estos logros se realizaron con altos costos económicos y sociales, que pagaron los estratos menos favorecidos de la sociedad y la oposición política al régimen de Díaz. Durante la primera década del siglo XX estallaron varias crisis en diversas esferas de la vida nacional, que reflejaban el creciente descontento de algunos sectores con el Porfiriato.

Cuando Díaz aseguró en una entrevista que se retiraría al finalizar su mandato sin buscar la reelección, la situación política comenzó a agitarse. La oposición al Gobierno cobró relevancia ante la postura manifestada por Díaz. En ese contexto, Francisco I. Madero realizó diversas giras en el país con miras a formar un partido político que eligiera a sus candidatos en una asamblea nacional y compitiera en las elecciones. Díaz lanzó una nueva candidatura a la presidencia y Madero fue arrestado en San Luis Potosí por sedición. Durante su estancia en la cárcel se llevaron a cabo las elecciones que dieron el triunfo a Díaz.

Madero logró escapar de la prisión estatal y huyó a los Estados Unidos. Desde San Antonio (Texas) proclamó el Plan de San Luis, que llamaba a tomar las armas contra el Gobierno de Díaz el 20 de noviembre de 1910. El conflicto armado tuvo lugar en primera instancia al norte del país y posteriormente se expandió a otras partes del territorio nacional. Una vez que los sublevados ocuparon Ciudad Juárez (Chihuahua), Porfirio Díaz presentó su renuncia y se exilió en Francia.

En 1911 se realizaron nuevas elecciones en las cuales resultó electo Madero. Desde el comienzo de su mandato tuvo diferencias con otros líderes revolucionarios, que provocaron el levantamiento de Emiliano Zapata y Pascual Orozco contra el Gobierno maderista. En 1913 un movimiento contrarrevolucionario, encabezado por Félix DíazBernardo Reyes y Victoriano Huerta, dio un golpe de Estado. El levantamiento militar, conocido como Decena Trágica, terminó con el asesinato de Madero, su hermano Gustavo y el vicepresidente Pino Suárez. Huerta asumió la presidencia, lo que ocasionó la reacción de varios jefes revolucionarios como Venustiano Carranza y Francisco Pancho Villa. Tras poco más de un año de lucha, y después de la ocupación estadounidense de Veracruz, Huerta renunció a la presidencia y huyó del país.

A partir de ese suceso se profundizaron las diferencias entre las facciones que habían luchado contra Huerta, lo que desencadenó nuevos conflictos. Carranza, jefe de la Revolución de acuerdo con el Plan de Guadalupe, convocó a todas las fuerzas a la Convención de Aguascalientes para nombrar un líder único. En esa reunión Eulalio Gutiérrez fue designado presidente del país, pero las hostilidades reiniciaron cuando Carranza desconoció el acuerdo. Después de derrotar a la Convención, los constitucionalistas pudieron iniciar trabajos para la redacción de una nueva constitución y llevar a Carranza a la presidencia en 1917. La lucha entre facciones estaba lejos de concluir. En el reacomodo de las fuerzas fueron asesinados los principales jefes revolucionarios: Zapata en 1919, Carranza en 1920, Villa en 1923, y Obregón en 1928.

Actualmente no existe un consenso sobre cuándo terminó el proceso revolucionario. Algunas fuentes lo sitúan en 1917, con la proclamación de la Constitución mexicana, algunas otras en 1920 con la presidencia de Adolfo de la Huerta o en 1924 con la de Plutarco Elías Calles. Incluso hay algunas que aseguran que el proceso se extendió hasta los años 1940.

viernes, 17 de marzo de 2017

Celebración del Centenario

La celebración del Centenario de la Independencia Mexicana fue el último gran acto de Porfirio Díaz. El mes de festejos empezó el primero de septiembre con la inauguración de La Castañeda, un asilo para enfermos mentales, dos días después se empezó con la construcción de la cárcel de San Jerónimo Atlixco y el día cinco se inauguró la estación sismográfica de Tacubaya. La ciudad estaba magníficamente iluminada. Recepciones, bailes, monumentos, música, banquetes, dedicatorias, desfiles militares, una gran procesión alegórica de la vida de la vida de México desde los días de Moctezuma hasta el emperador Iturbide. Por doquier había arcos florales, banderas, calandrias; cada ventana adornada con colores brocados, ricas colgaduras. Además de esto, dentro de los preparativos estuvo el desalojo de vagabundos y enfermos de las calles de la ciudad.

La exigencia para la festividad era tal que los guardias regresaban a las personas que no estuvieran bien presentadas. Un ejemplo de esto fue que se mandaron traer a las mujeres más atractivas del país, además de hombres de negocios extranjeros. Hicieron sus apariciones grandes y poderosas delegaciones de todo el mundo. Estados Unidos, Brasil, Argentina, Persia, España, Francia entre otros, asistieron e incluso dieron regalos al gobierno mexicano, que no escatimo en gastos de hospedaje, transporte y alimentación para sus visitantes. Entre los gastos para la celebración estuvieron un salón de baile, una orquesta de ciento cincuenta músicos, treinta mil estrellas eléctricas, veinte furgonetas de champaña y quinientos lacayos que sirvieron grandes cantidades de vino. Todos estos gastos parecían insultantes ante la realidad que se vivía por la desigualdad social, y no sólo por esto. La celebración del centenario mostró una faceta solitaria de Díaz quien no estuvo acompañado de sus más fervientes amigos y gente de trabajo como Limantour o Reyes. Ocho meses después se estaría yendo a Francia por motivo de su destierro.

Pulquerías

Se vivía una situación de inseguridad en la nación, uno de los motivos era el abuso de las bebidas alcohólicas, entre las principales estaba el pulque. La producción del pulque se hacía en doscientos setenta y ocho haciendas ubicadas en TlaxcalaHidalgo y Estado de México. Después, esta bebida que era “más querida que la vida y la patria” quedó bajo un monopolio en manos de un dueño de plantaciones: Miguel Macedo Enciso.Otro personaje que tuvo control del pulque en la época fue Ignacio Torres Adalid. El consumo de esta bebida aumentó año tras año. De los trescientos mil habitantes de la Ciudad de México, doscientos mil bebían pulque. Las pulquerías eran de gran popularidad para la población de clase baja, siendo un centro de entretenimiento en ese tiempo. Otra bebida que también se consumía en proporciones parecidas era el mezcal.

Jockey Club

Por influencia europea se fundó el Jockey Club en 1881. Se ubicó en donde se encuentra la Casa de los Azulejos en el centro de la Ciudad de México. Los deportes ecuestres eran una excusa para la tertulia diaria en este club. La primera temporada de los deportes ecuestres empezó en abril de 1882. El gobierno concedió un subsidio para los premios de este certamen. Bajo el calor de las copas se tocaban temas de escándalo como la moda, la economía, los chismes y la política. Sólo un cierto sector de la sociedad se reunía ahí para pasar el tiempo. Entre los directores del Jockey Club se encontraban: Manuel Romero RubioJosé Yves Limantour; gente allegada a Díaz. Dentro del Jockey Club había salones específicos para fumar, comedores, sala de armas, de boliche, billar póquer y bacará.

Casas de juego

En 1877 el gobierno reglamentó la existencia de las casas de juego. En los primeros siete meses se expidieron noventa y nueve permisos para diferentes establecimientos en la Ciudad de México y todo bajo la supervisión del licenciado Pablo Macedo. A las principales casa de juego acudían los mismos funcionarios de gobierno, además de los militares. Los burócratas y hacendados también se hacían presentes en estos lugares. Las principales casas de juego eran en:

• El Hotel Iturbide, administrado por Joaquín Alcázar. • El Hotel Nacional, administrado por Francisco Valdés. • La calle Real de Tacubaya, manejado por Luis G. Luna • La segunda calle del Refugio, manejado por José de la Luz Herrera. • El Hotel del Progreso, administrado por José Almazán. • La calle del Coliseo, manejado por José María Arce.

En Tacubaya, en específico la plaza de Cartagena, había gran cantidad de gente jugando el cubiletedadosbaraja y diferentes juegos de azar. Hubo tal desorden en los juegos de azar que se canceló la reglamentación que se había dado un año antes. A pesar de la prohibición del gobierno, las apuestas y juegos de azar tenían tanta influencia social que la organización de partidas continuó en la Ciudad de México y en Tlalnepantla, Estado de México. Durante su gobierno el General Manuel González Flores tomó medidas en contra de los apostadores, pues no sólo se prohibieron las loterías sino que también las rifas mayores a cinco pesos debían de tener previa autorización del ministerio.

Aspectos generales

En México los globos aerostáticos se llamaban globos de Cantolla por el pionero Joaquín de la Cantolla y Rico, quien los puso de moda desde los 1860s

Grabado del siglo XIX del Gran Teatro Nacional de México. Su destrucción en 1900 sólo fue tolerada por la promesa de construir el actual Palacio de Bellas Artes

Dentro de estas maneras de buscar un contento, la gente trataba de encontrarlo de muchas formas. Desde célebres payasos, hasta circos como el Jordán, el Magnolia o el Orrín. Otra manera de entretenimiento bastante frecuente era ir a ver la lucha entre animales entre: osos, toros, leones, elefantes y gallos, por mencionar ejemplos.

Los globos aerostáticos eran novedosos y frecuentados; estos fueron de entretenimiento para la clase media. En las calles se tocaba música por organilleros, había tal multitud de músicos, que se le pidió a la autoridad tomar cartas en el asunto por la cantidad de ruido que había. Las clases altas iban a la ópera, a la opereta y al teatro. El Gran Teatro Nacional atrajo al público hasta su demolición, en 1900 y si no hubo motines por eso fue por la promesa de hacer lo que hoy conocemos como el Palacio de Bellas Artes, que la revolución dejó inconcluso.

Las excursiones estaban de moda. Muchas veces se llevaban a cabo por ferrocarril. Hasta antes de su concurrida inauguración en 1900 ir a ver el avance de la costrucción del Gran canal de desagüe de la Ciudad de México fue un paseo muy frecuentado por la gente de clase alta. Popo-Park era a principios del siglo XX un lugar de gran moda para elegantes excursiones. La belleza de sus alrededores, la inigualable vista del Popocatépetl, el clima, la cercanía con la ciudad de México eran sólo unas ventajas. También lo era que ahí se practicara uno de los deportes de moda, el futbol, apadrinado por el inglés Thomas Phillips, quien incluso prestó parte de los terrenos de su casa para que los integrantes del British Club hicieran ahí sus entrenamientos. En [[1906] ] el Popo-Park fue aún más visitado porque ahí celebraron sus bodas de plata don Porfirio y su esposa, doña Carmelita Romero Rubio de Díaz. En la ciudad de México y otras del país estaban de moda las caminatas, por ejemplo por San Ángel, las kermeses, los combates de flores, los bailes de fantasía, y nuevos deportes como la natación, el ciclismo, el polo, el patinaje sobre ruedas, y el golf.

El Popocatépetl, que dio su nombre a Popo-Park. visto desde la vecina Amecameca

El British Club en 1903

Las audiciones dominicales en la Alameda de la Ciudad de México y en todos los parques importantes del país eran actividades recurrentes de la clase media. En épocas posteriores el compositor Salvador Flores Rivera inmortalizó la costumbre con su canción Vámonos al parque, Céfira. En la Alameda tocaba la banda del batallón e interpretaban oberturas y áreas de ópera, valses y marchas de compositores extranjeros y mexicanos, como Carmen de Juventino Rosas y la Marcha Porfirio Díaz de Genaro Codina, autor de la Marcha Zacatecas. Por todo el territorio proliferaron las tertulias literarias y las reuniones en torno a una tasa de café. Hacer versos, tocar piano o pianola y cantar eran diversiones cotidianas. El béisbol y el basquetbol empezaban a ser apreciado, además del patinaje, los paseos con el velocípedo y el remo. Hubo además inicios cinematográficos, entre estos estaba “El viaje del presidente Porfirio Díaz a Mérida”.

Para las clases altas y media, las corridas de toros eran vitales. El mexicano de ese tiempo no podía faltar a ellas. Porfirio Díaz impidió que el diputado José López Portillo y Rojas las suprimiera. Toreros españoles eran bien recibidos en México, tal fue el caso de Luis Mazzantini. En el teatro estaban de moda las tandas del Principal, a las que asisten las clases altas y en las que se llena al público no sólo con la música jacarandosa, sino con el sainete alegre y divertido.

Actitudes de diversión

En el Porfiriato la gente quería entretenerse. Buscaba diversión. Dos descripciones representativas de esa actitud son la de José Valadés y la de Porfirio Díaz:

“Aunque temerosa y fatigada por las guerras civiles y dispuesta a permitir, desde los comienzos del régimen porfirista que el Estado se apropie los derechos del individuo, la sociedad sólo quería conservar sus ocios y sus placeres. En el hogar dominaba lo placentero y en la calle lo ocioso. La sociedad en México estaba repleta de superficialidades, ha vivido sin preocupación del pecado. El país da la impresión que ha abandonado sus tradiciones; y el dominio de la fantasía se extiende. La literatura de Alejandro Dumas se extiende y su obra de “El Conde de Montecristo” entra a los hogares con gran fuerza. Consecuencia de la amoralidad social debían ser el aumento de la vagancia, la propagación de los suicidios, el lujo de los duelos, el regreso a las casa de juego, los proyectos de ley de divorcio, la aplicación de la ley de Lynch y el liberalismo insidioso y deshonesto." 

Los mexicanos, según la descripción de Porfirio Díaz: “…están contentos con comer desordenadamente antojitos , levantarse tarde, ser empleados públicos con padrinos de influencia, asistir a su trabajo sin puntualidad, enfermarse con frecuencia y obtener licencias con goce de sueldo, no faltar a las corridas de toros, divertirse sin cesar,… casarse muy joven y tener hijos a pasto, gastar más de lo que ganan y endrogarse con los usureros para hacer posadas y fiestas onomásticas” .

La corrida de toros, representada por un grabado de Goya, dividían la opinión del público entre los grandes aficionados y quienes las querían prohibir

El Circo Orrín convocaba a todas las clases sociales a divertirse

Las pelea de gallos eran un espectáculo obligado en las ferias. Hasta la fecha se llevan a cabo en muchas partes de México

Entretenimiento durante el Porfiriato

Como ha ocurrido en la historia de la humanidad, la sociedad mexicana durante el Porfiriato tuvo diversas formas de diversión y esparcimiento. México entró en una etapa de estabilidad, de la que careció desde 1821, lo que, junto con el avance de la industria del entretenimiento y de los deportes en diversas partes del mundo, lo llevó a encontrar diversas formas de divertirse. Desde la existencia de circos, espectáculos con animales, audiciones musicales, fiestas, kermeses, corridas de toros y teatros y cines; todo esto estaba contemplado dentro de las actividades regulares del entretenimiento social. Surgieron casas de juego, clubes como el Jockey Club y otros establecimientos que le dieron tono a la interacción entre las personas.

miércoles, 15 de marzo de 2017

Paternalismo industrial

Paternalismo industrial es la denominación historiográfica de la política social de algunas grandes empresas a partir de la época de la Revolución industrial. Esta política se basaba, por parte de los empresarios, en la construcción de viviendas para sus empleados, la financiación de economatos, escuelas primarias o técnicas, instalaciones sanitarias y culturales, actividades festivas, etc.

En España fue destacable el caso de Asturias en la época de expansión de la industria hullera y siderúrgica, con ejemplos como la construcción del pueblo minero de Bustiello por parte de la Sociedad Hullera Española o la política de grandes empresas como Duro Felguera.

Durante el franquismo se desarrollaron extensamente programas de política social paternalista de inspiración múltiple (corporativistafascistanacionalcatólicadoctrina social de la iglesia) a través de las distintas instituciones del Movimiento Nacional, de las empresas nacionalizadas (HunosaEnsidesaRenfeIberiaTelefónica) o de los grandes grupos oligopolísticos. Sería más correctamente llamado paternalismo estatal, al depender de la acción de un gobierno y no de una empresa privada, aunque en muchos casos fueron políticas llevadas a cabo en combinación de ambas instituciones.

Economato

Un economato es un establecimiento, generalmente fundado por algún colectivo o empresa pública o privada, con el fin de vender productos a precios menores que en las tiendas habituales. Durante muchos años fue una figura clave del llamado paternalismo industrial, cuando desde el siglo XIX numerosas empresas industriales establecieron esos mercados para el sustento de los trabajadores y las familias de estos.

Hoy en día también se asocia al abastecimiento a personas con pocos recursos, llevado a cabo por organizaciones sociales u ONG.

En Asturias (España) la figura del economato sigue muy presente en las Cuencas Mineras, donde la empresa minera Hunosa cuenta con 14 economatos, para los que existe un plan de cierre en 2014.

Usos

Cobrar un sueldo en la tienda de raya, se decía "rayar"; a principios del siglo XXI, en México los obreros aún suelen emplear el término como sinónimo del cobro de salario, aun cuando no sean analfabetos.

También es común todavía que los trabajadores reciban parte de su sueldo en vales que deben ser canjeados por productos en almacenes con los que el patrón ha pactado previamente sin consultar a los trabajadores, aunque estos suelen ser establecimientos competitivos usados por la mayoría de los consumidores del país.

Tienda de raya

Tienda de raya en Cananea construida en 1901.

Tienda de raya custodiada por soldados estadounidenses durante la Huelga de Cananea en 1906.

La tienda de raya era un establecimiento de crédito para el abasto básico, ubicada junto a las fábricas o haciendas y donde los obreros o campesinos eran obligados a realizar sus compras. En México se conocieron como tiendas de raya, pues la gran mayoría de los trabajadores eran analfabetos y en el libro de registro de pago de nómina ponían una raya en lugar de su firma. Las tiendas de raya en México, que no se diferenciaban de las de sus similares en otros países como Estados Unidos, Inglaterra o Francia, tuvieron auge a finales del siglo XIX y principios del XX durante el gobierno de Porfirio Díaz, quien dio amplias concesiones a empresarios y hacendados, nacionales y extranjeros, para explotar los recursos naturales.

Ficha de hacienda equivalente a 1 mecate de "chapeo" (corte de maleza) expedida en la Hacienda Dziuché a finales del siglo XIX.

En México, al igual que en otras partes del mundo, las tiendas de raya eran propiedad de los patrones y ahí expendían comestibles, aguardiente, ropa y calzado de mediana calidad. El pago a los trabajadores se hacía mediante vales (o "monedas" acuñadas por la fábrica o hacienda) que sólo se podían canjear en la tienda de raya del patrón, quien recuperaba todo el dinero erogado en pagar los sueldos ya que por lo general revendía los productos a un precio más alto. Cuando al trabajador, que recibía salarios muy bajos por exhaustivas jornadas, no le alcanzaba para pagar los productos que permitieran su subsistencia y la de su familia, se veía obligado a comprar a crédito con un alto interés y así adquiría una deuda que, si en vida no la pagaba, era heredada a su descendencia o a otros familiares, dando lugar a la servidumbre por deudas.

El trabajador no podía cambiarse de hacienda o fábrica sin antes saldar la deuda y si llegaba a escapar era perseguido por la policía para llevarlo de regreso.

También era común que los patrones embriagaran a los trabajadores hasta que gastaban todo su dinero, entonces los productos básicos eran vendidos a crédito.

Otro abuso frecuente de los patrones era causado por el analfabetismo de los trabajadores, que eran engañados al momento del pago de salarios y el cobro de deudas.

Desde las primeras insurrecciones obreras y campesinas de la revolución promovida por el Partido Liberal Mexicano, el saqueo y la destrucción de la tienda de raya era obligatorio. Cuando el levantamiento armado se generaliza en la Revolución mexicana de 1910 el odio acumulado tras años de explotación se dirigía, principalmente, a las tiendas de raya y sus administradores.

Tecnología en el Porfiriato

Porfirio Díaz

En el Porfiriato los principales avances en materia de tecnología fueron:

La extensión del sistema ferroviario, el mayor medio de transporte en México. Las rutas de ferrocarril recorrían el país, de la capital hacia la frontera Norte y de hacia Veracruz. En su mayoría fueron tendidos por extranjeros, en concesiones por determinado tiempo. Al principio, se concesi̪onaron para ir cubriendo la deuda externa, pues el gobierno hizo un arreglo con ellos para que una parte de sus ganancias se considerara abono de la misma. Lo planeado era que una vez que se cumpliera el plazo, las instalaciones y el servicio pasaran a manos del gobierno. Para ello, el secretario de Hacienda, José Ives Limantour, creó Ferrocarriles Nacionales de México. Asimismo, con capitales locales, se hizo una red independiente en la península de Yucatán, en la parte de las [Industria henequenera en Yucatán|haciendas henequeneras].vLa electricidad, gracias a la cual un creciente número de empresas pudo montar fábricas e industrias cuyo funcionamiento se mejoró debido a este avance o hubiera sido impensable su existencia, como sucedió con todas las empresas del Valle de Orizaba.La industria petrolera, que se volvió importante hacia finales de la época, y que estuvo en manos de compañías extranjeras.

La Rebelión

Una vez descubierta la Revolución planeada por el Partido Liberal, tropas del ejército comenzaron a desarticular a los grupos liberales en México, sin embargo en Veracruz la rebelión ya era incontenible. Hilario C. Salas consiguió organizar un grupo de 1000 hombres que se dividió en tres para atacar Acayucan, Minatitlán y Puerto México. El 30 de septiembre el grupo de Salas, formado por 300 rebeldes aproximadamente, se levantó en armas para tomar con éxito el palacio municipal y con la esperanza de que los grupos de Minatitlán y Puerto México se levantaran igualmente, sin embargo estos grupos fueron emboscados y detenidos por tropas del gobierno.

En Acayucan los rebeldes mal armados combatieron por cuatro días contra el ejército, hasta que se les terminaron las municiones y finalmente fueron derrotados. La mayoría resultaron muertos o heridos, algunos lograron huir a la sierra de Soteapan donde los indígenas los auxiliaron (y continuaron en guerra de guerrillas hasta 1911), otros fueron detenidos y trasladados a la prisión política de San Juan de Ulúa, los indígenas capturados fueron conducidos a Valle Nacional, una importante zona tabacalera en las montañas del noroeste de Oaxaca donde los indígenas eran tratados como esclavos por los hacendados, situación que más tarde constataría John Kenneth Turner en su libro México Bárbaro.

La Rebelión de Acayucan estuvo influenciada por el Programa del Partido Liberal Mexicano, no sólo tiene como objetivo derrocar el régimen dictatorial de Porfirio Díaz sino satisfacer otras demandas como la jornada de ocho horas, la prohibición del trabajo infantil, salario mínimo, indemnización por accidente laboral, educación laica obligatoria y gratuita.

Antecedentes

En 1906 en México se vivía un régimen dictatorial encabezado por Porfirio Díaz que toleró los latifundios, limitó los derechos políticos, reprimió a la oposición y a los movimientos de huelga.

En 1905, debido a la persecución policiaca y militar del gobierno de Díaz, políticos liberales comenzaron las tareas de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano en los Estados Unidos, al mismo tiempo que se organizaba la lucha política pública se preparaba en la clandestinidad un levantamiento armado para derrocar a Díaz. Los delegados de la Junta Organizadora en Veracruz y TabascoHilario C. Salas y Cándido Donato Padua, recorrieron la región y se relacionaron con sociedades de obreros y comunidades indígenas.

El 1 de junio de 1906 estalló la Huelga de Cananea promovida por otros integrantes del Partido Liberal y fue reprimida violentamente, el 1 de julio de 1906 se publicó el Programa del Partido Liberal Mexicano, para el 16 de septiembre (aniversario de la Independencia de México) se había programado una incursión armada de los liberales que permanecían exiliados en los Estados Unidos entre los que encontraban Enrique y Ricardo Flores Magón. El plan era atacar Ciudad JuárezChihuahua y las aduanas fronterizas de Agua Prieta y Nogales en Sonora, la revuelta de Ciudad Juárez sería la señal para el inicio de la Revolución, simultáneamente estallarían rebeliones armadas que células del Partido liberal tenían preparadas en distintas zonas del país. Sin embargo el 4 de septiembre, debido a la delación de Ramón Talamantes (un espía del gobierno de Díaz), la policía de DouglasArizona detuvo a los miembros del Club Liberal "Libertad" que estaba encargado de atacar Nogales y Agua Prieta, llevar armas a Cananea y unirse a los rebeldes Yaquis. La policía decomisó documentos y descifró las claves, la Revolución del 16 de septiembre fue descubierta y pospuesta.

Rebelión de Acayucan

La Rebelión de Acayucan fue un levantamiento armado de la población en contra de la dictadura de Porfirio Díaz que tuvo lugar en el municipio de AcayucanVeracruzMéxico el 30 de septiembre de 1906; se le considera un acontecimiento precursor de la Revolución mexicana de 1910.

La Iglesia

El clero recobró gran parte del poder perdido con las Leyes de Reforma y la Guerra de los Tres Años. Bajo el régimen de Porfirio Díaz pudo seguir obteniendo diezmos con toda regularidad, afectando así a los sectores desposeídos tanto en el campo como en las ciudades. En el campo también afectaba a los pequeños propietarios, ya que el clero concentraba altas cantidades de semillas, producto del diezmo de los indios y de los pequeños propietarios, ya concentrada la producción la vendía a precios más bajos. logrando obtener jugosas ganancias dado que no le costaba nada esa producción, así, los compradores preferían los precios del clero y no el de los productores.

Consecuencias sociales

Si bien durante el porfiriato se lograron avances en la pacificación del país, el coste social de este progreso fue enorme; la desigualdad aumentó a niveles pocas veces vistos, se crearon zonas de explotación sistemática de indígenas a los cuales casi se les trataba como esclavos, como Valle Nacional y buena parte de Yucatán. Además una represión a la prensa libre, que era silenciada ya fuese por medio de sobornos o bien por torturas y desapariciones.

Las represiones que Díaz ejercía sobre las personas que exigían una mejor calidad de vida fueron justificadas con una doctrina filosófica: el Positivismo, la cual proponía "Orden y progreso". Así, el "Orden" lo mantenía con represiones a los manifestantes, y con ese factor, tener el "progreso", que era el crecimiento económico que en esa época se logró.

La política exterior

A la par de la búsqueda por la estabilidad política mediante la reorganización y control del ejército y la pacificación del país, el Presidente Díaz encaminó sus esfuerzos a obtener el reconocimiento internacional. De las naciones europeas que había firmado la convención de Londres – por la cual se originó la guerra de intervención- y con la que México había roto relaciones diplomáticas-, Gran Bretaña fue la última en reconocer al gobierno de Díaz (1884). España lo otorgó el mismo año en que el general oaxaqueño asumió la presidencia, 1877, y Francia lo hizo en 1880.

Para el logro de sus objetivos en política exterior, el Presidente Porfirio Díaz contó con la colaboración de expertos que se habían forjado en las últimas décadas. Las dos figuras más importantes, fueron sin duda, Matías Romero e Ignacio Mariscal. El primero, quien se desempeñó como Ministro de México en Washington de 1882 a 1898, logró generar una política bilateral con los Estados Unidos aprovechando las oportunidades comerciales que se abrían. Mariscal, quien se desempeñó por casi treinta años como Secretario de Relaciones de 1880 a 1910, su experiencia como ministro en Washington y Londres le permitió gestar una política exterior que mirara lo mismo allende al Bravo que allende al Atlántico.

En abril de 1878, Estados Unidos reconoció el gobierno del presidente Díaz. Con la modificación de una serie de leyes México abrió sus puertas a la inversión extranjera.

La respuesta del exterior no se hizo esperar: un gran flujo de capital y tecnología surgió de las concesiones que el gobierno mexicano otorgó a inversionistas extranjeros en forma de tasas de ganancias garantizadas, exenciones de impuestos y reformas fiscales benéficas para los inversionistas.

Las principales fuentes de capital extranjero invertido en México durante el Porfiriato venían de Estados Unidos y Gran Bretaña. Estados Unidos compartía con México el interés por desarrollar sistemas de comunicación que facilitaran el comercio e hicieran más estrechos los vínculos económicos entre ambos países; por tal motivo, gran parte del capital invertido en México estuvo dirigido hacia la construcción de una amplia red ferroviaria que uniera a las principales ciudades del país y –mediante conexiones– se extendiera más allá de la frontera norte hasta alcanzar importantes ciudades norteamericanas.

Con las grandes propiedades, la agricultura se orientó a la exportación y creció espectacularmente, sobre todo en la producción de henequén, café, cacao, hule y chicle.

No obstante, la importancia de los capitales norteamericanos para el proyecto modernizador del gobierno mexicano –Estados Unidos siempre fue el primer inversionista y socio comercial de México–, Díaz nunca dejó de mostrarse receloso de su participación en las áreas estratégicas de la economía nacional. La política expansionista sostenida años atrás por Estados Unidos –y de la cual México había sido víctima– seguía presente en la memoria colectiva de la nación, y su nueva variante, la invasión pacífica –que suponía un expansionismo de orden económico–, no podía ser halagüeña.

Por ello desde los albores de su régimen, Díaz fomento la participación de capitales europeos para contrarrestar la influencia que pudieran tener los norteamericanos en los asuntos internos de México. Un factor que favoreció en gran medida las inversiones británicas fue la participación que los miembros del gobierno mexicano tuvieron en las empresas extranjeras –mineras, petroleras, ferrocarrileras, y de servicios principalmente–. La relación de altos funcionarios porfiristas con inversionistas ingleses –particularmente con Weetman Dikinson Pearson, presidente de S. Pearson & Son– fue muy estrecha, y en la mayor parte de los casos las concesiones –supuestamente sometidas a concurso– se otorgaba favoreciendo los intereses británicos.

El marcado favoritismo del gobierno de Díaz hacia el capital británico no fue suficiente para detener la expansión económica norteamericana en México. La inmejorable posición geográfica de Estados Unidos y las presiones que por momentos ejercía el gobierno norteamericano sobre la administración porfirista fueron las condiciones que obligaron a Gran Bretaña a asumir el papel de segundo socio comercial de México. A pesar de la abierta simpatía que Díaz siempre mostró por el capital europeo, la relación con Estados Unidos era estrecha.

Pero los capitales extranjeros no lo eran todo. Para impulsar el desarrollo económico y el progreso material, la política exterior del Porfiriato fue la piedra angular. Durante los 34 años de dictadura el gobierno mexicano se comportó con independencia y valentía frente a las presiones que por momentos ejercía Washington sobre la administración de Díaz. El cumplimiento de los compromisos de la deuda definió desde 1878, la estabilidad y cordialidad de la relación bilateral.

El gobierno mexicano desarrolló una intensa actividad diplomática basada, desde luego en la estrecha cooperación con Estados Unidos. Con Washington se firmaron varios acuerdos. Se creó la comisión mixta de reclamaciones para cuidar los intereses de ambos países, se constituyó también la comisión internacional de límites. Como equilibrio político y económico resultaba imprescindible para México, el gobierno porfirista amplió sus horizontes hasta Europa. Las relaciones comerciales con FranciaEspaña y Alemania alcanzaron un nivel sin precedentes. Inglaterra, por su parte, se convirtió en el contrapeso ideal en áreas estratégicas como la minería, los ferrocarriles y el petróleo. Porfirio Díaz mandó de embajador al Japón a su propio hijo porque ambos pueblos veían el auge del monstruo del norte como peligroso. (Argumentando cercanía de raza al ser la cultura mexicana y japonesa descendientes de la mongoloide que una rama cruzaría por el estrecho de Bering y serían los antepasados de los aztecas, y diversas etnias amerindias). Incluso en Centroamérica, la diplomacia mexicana actuó con independencia y se opuso a los intentos de Guatemala, auspiciados por Washington, de crear una sola nación con el resto de los países centroamericanos.

La política exterior de aquellos años, conducida por Porfirio Díaz y por sus Ministros de Relaciones Exteriores, Ignacio Luis Vallarta e Ignacio Mariscal fue radicalmente opuesta a la que se siguió en la primera mitad del siglo. Lejos de ser vaga e idealista con posiciones tajantes que no admitían negociación (como se demostró en el caso de Texas), esta diplomacia tuvo objetivos muy concretos -como lo fue el lograr el reconocimiento norteamericano- que iban a ser alcanzados con acciones pragmáticas y acomodaticias. Después de todo, si la finalidad era el desarrollo económico y esto requería de estabilidad y orden, ¿no era mejor acaso tener a los norteamericanos como socios y no como enemigos? De hecho, el gobierno de Díaz mataba así dos pájaros de un tiro, ya que era obvio que no solo necesitaba evitar el conflicto, sino que también requería del capital y de la tecnología del vecino del norte para el ansiado desarrollo económico. Ambas cosas las consiguió al mismo tiempo.

Además fue una política exterior mucho más sofisticada que la de antaño.

Se reconocía que Estados Unidos no era una sola entidad monolítica, sino que estaba compuesto de diversos grupos con distintos intereses, así que de lo que se trataba era de atraer a los intereses adecuados para neutralizar a los otros.

A pesar de todo la relación con Estados Unidos marchó como en ningún otro momento del siglo XIX: en un ambiente de amistad, paz y apoyo. Con las fronteras abiertas a las inversiones extranjeras y la estabilidad política garantizada por don Porfirio, el gobierno estadounidense respiró tranquilo en Washington durante más de tres decenios. Tan estable se presentaba la administración de Díaz, que los políticos de Estados Unidos se convirtieron en accionistas de las principales compañías petroleras y ferrocarrileras. Es de Díaz, la frase "Tan Lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos".

Francisco Bulnes escribió: “Existía una convicción universal de que mientras el general Díaz disfrutase del apoyo ultraamistoso que le había concedido Estados Unidos, nada debía temer a las revoluciones. La diplomacia mexicana debió dedicarse a mantener intactas tan valiosas simpatías, básicas para nuestra orden social”. Durante los gobiernos de Porfirio Díaz se registraron dos hechos importantes para la administración pública. El primero, al expedirse el 11 de febrero de 1883 el quinto Reglamento Interior del Ministerio de Relaciones Exteriores, y el segundo, al decretarse la existencia de siete secretarías para el despacho de los asuntos de orden administrativo del gobierno federal, el 13 de mayo de 1891, estableciéndose la Secretaría de Relaciones Exteriores.

De esta manera, también se integró un Reglamento para el cuerpo diplomático, el cual fue la Ley reglamentaria del cuerpo diplomático mexicano de 1888. Es de destacar que don Porfirio Díaz mantuvo una posición firme en asuntos de la política exterior, ya que también desarrolló una postura de acercamiento industrial, comercial, cultural y financiero hacia los países europeos.

Política porfirista

La política porfirista se caracteriza por dos grandes etapas:

La primera etapa del  porfiriato empieza en 1877 y termina en el inicio de tercer periodo presidencial de Porfirio Díaz (1888) o cuando se eliminó toda restricción legal a la reelección indefinida (1890). Se trata de una fase de construcción, pacificación, unificación, conciliación y negociación, pero también de represión.

La segunda etapa comienza entre 1888 y 1890 y termina hacia 1908, y se caracteriza por un acentuado centralismo y por un gobierno cada vez más paternalista y autoritario.

lunes, 27 de febrero de 2017

Cultura y sociedad

Ignacio Manuel Altamirano fue un escritor y literato guerrerense que nació en 1834, de origen indígena nahua. Estudió en Cuernavaca, y más tarde se convirtió en profesor de latín. Durante la Guerra de Reforma combatió del lado liberal. Su obra más conocida fue Clemencia. Tras varios años de trabajo literario fue nombrado embajador en Italia. Murió en San Remo el 13 de febrero de 1893.

La literatura fue el campo cultural que más avances tuvo en el Porfiriato. En 1849Francisco Zarco fundó el LiceoMiguel Hidalgo, que formó a poetas y escritores durante el resto del siglo XIX en México. Los egresados de esta institución se vieron influenciados por el Romanticismo. Al restaurarse la república, en 1867 el escritor Ignacio Manuel Altamirano fundó las llamadas "Veladas Literarias", grupos de escritores mexicanos con la misma visión literaria. Entre este grupo se contaban Guillermo PrietoManuel PaynoIgnacio Ramírez, el Nigromante, Vicente Riva PalacioLuis G. UrbinaJuan de Dios Peza y Justo Sierra. Hacia fines de 1869 los miembros de las Veladas Literarias fundaron la revista "El Renacimiento", que publicó textos literarios de diferentes grupos del país, con ideología política distinta. Trató temas relacionados con doctrinas y aportes culturales, las diferentes tendencias de la cultura nacional en cuanto a aspectos literarios, artísticos, históricos y arqueológicos.

El escritor guerrerense Ignacio Manuel Altamirano creó grupos de estudio relacionados a la investigación de la Historia de México, las Lenguas de México, pero asimismo fue impulsor del estudio de la cultura universal. Fue también diplomático, dado que hablaba con fluidez el idioma francés, y en estos cargos desempeñó la labor de promover culturalmente al país en las potencias extranjeras. Fue cónsul de México en Barcelona y Marsella y a fines de 1892 se le comisionó como embajador en Italia. Murió el 13 de febrero de 1893 en San Remo, Italia. La influencia de Altamirano se evidenció en el nacionalismo, cuya principal expresión fueron las novelas de corte campirano. Escritores de esta escuela fueron Manuel M. Flores, José Cuéllar y José López Portillo y Rojas

Poco después surgió en México el modernismo, que abandonó el orgullo nacionalista para recibir la influencia francesa. Esta teoría fue fundada por el poeta nicaragüense Rubén Darío y proponía una reacción contra lo establecido por las costumbres literarias, y declaraba la libertad del artista sobre la base de ciertas reglas, inclinándose así hacia el sentimentalismo. La corriente modernista cambió ciertas reglas en el verso y la narrativa, haciendo uso de metáforas. Los escritores modernistas de México fueron Luis G, Urbina y Amado Nervo.

Como consecuencia de la filosofía positivista en México, se dio gran importancia al estudio de la historia. El gobierno de Díaz necesitaba lograr la unión nacional, debido a que aún existían grupos conservadores en la sociedad mexicana. Por ello, el Ministerio de Instrucción Pública, dirigido por Justo Sierra usó la historia patria como un medio para lograr la unidad nacional. Se dio importancia especial a la Segunda Intervención Francesa en México, a la vez que se abandonó el antihispanismo presente en México desde la Independencia.

En 1887, Díaz inauguró la exhibición de monolitos prehispánicos en el Museo Nacional, donde también fue mostrada al público una réplica de la Piedra del Sol o Calendario Azteca. En 1908 el museo fue dividido en dos secciones: Museo de Historia Natural y Museo de Arqueología. Hacia principios de 1901, Justo Sierra creó los departamentos de etnografía y arqueología. Tres años después, en 1904 durante la Exposición Universal de San Luis —1904— se presentó la Escuela Mexicana de Arqueología, Historia y Etnografía, que presentó ante el mundo las principales muestras de la cultura prehispánica.

El valle de México, pintado en 1885 por Velasco. El paisajismo mexicano tuvo gran auge durante la época en que Porfirio Díaz gobernó al país. En general, la cultura mexicana se vio afectada por los cambios económicos y políticos, y se desarrolló un arte en dos etapas. La primera, que comprende de 1876 a 1888 representó el auge del nacionalismo. La segunda y última fase del arte porfiriano empezó en 1888 y finalizó con el gobierno de Díaz, en 1911 y se caracterizó por una preferencia cultural hacia Francia y su cultura.

José María Velasco fue un paisajista mexicano que nació en 1840, y se graduó como pintor en 1861, de la Academia de Bellas Artes de San Carlos. Estudió asimismo zoologíabotánicafísica y anatomía. Sus obras principales consistieron en retratar el Valle de México y también pintó a personajes de la sociedad mexicana, haciendasvolcanes, y sembradíos. Una serie de sus trabajos fue dedicado a plasmar los paisajes provinciales de Oaxaca, como la catedral y los templos prehispánicos, como Monte Albán y Mitla. Otras pinturas de Velasco fueron dedicadas a Teotihuacán y a la Villa de Guadalupe.

El avance de la instrucción pública fue favorecido por el positivismo, y por su representante mexicano Gabino Barreda. Durante el Porfiriato se sentaron las bases de la educación pública, que siempre fue respaldada por los intelectuales de índole liberal. En 1868, todavía durante el gobierno de Juárez, se promulgó la Ley de Instrucción Pública, que no fue aceptada por la Iglesia Católica. Joaquín Baranda, ministro de Instrucción Pública, desarrolló una campaña de conciliación con la Iglesia, y aplicó a la educación el aspecto positivista, sin dejar de lado el humanismo. Se buscaba que todos los alumnos tuvieran acceso a la educación básica, pero para ello se tuvo que enfrentar a caciques y hacendados, además de la falta de vías de comunicación en las zonas rurales. La instrucción primaria superior se estableció en 1889 y tuvo por objeto crear un vínculo entre la enseñanza elemental y la preparatoria.

En 1891 fue promulgada la Ley Reglamentaria de Educación, que estableció la educación como laica, gratuita y obligatoria. Asimismo fueron instituidos los llamados Comités de Vigilancia. Para que los padres y tutores cumplieran con la obligación constitucional de mandar a sus hijos o pupilos a la escuela. Baranda fundó más de doscientas escuelas para maestros, que una vez egresados se dirigieron a enseñar a las ciudades del país. Sin embargo, en las zonas rurales la falta de desarrollo social provocó un rezago educativo.

- Invitación impresa del Presidente de la República general Porfirio Díaz a la celebración del Primer Centenario de la Independencia a José Saldívar Jr.

Durante las fiestas del Centenario de la Independencia de México, Justo Sierra presentó ante el Congreso de la Unión, una iniciativa para crear la Universidad Nacional de México, como dependencia agregada al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. La ley fue promulgada el 26 de mayo, y el primer rector universitario fue Joaquín Eguía Lis, durante los años de 1910 a 1913. Las escuelas de Medicina, Ingeniería y Jurisprudencia habían funcionado separadas durante más de cuarenta años, pero con esta ley se reunían todas, junto con la Escuela Nacional Preparatoria, en la Universidad Nacional de México. Pocos años después de culminar la Independencia, fue suprimida la Real y Pontificia Universidad de México, ya que había sido considerada un símbolo del Virreinato de Nueva España, como una muestra de desprecio ante la cultura española. Años después se intentó restaurar la institución, reversando una retrógrada medida que rezagaría la alta educación en México, pero las guerras civiles y las confrontaciones políticas lo impidieron.

Economía

El ferrocarril representó uno de los avances de la economía del Porfiriato y fue expuesto ante el mundo como símbolo de progreso. La cultura mexicana en la época de Díaz tuvo rasgos de la economía, como este cuadro de José María Velasco, en que se refleja el ferrocarril del Valle de México.

La construcción de ferrocarriles fue uno de los puntos más importantes de la economía mexicana en el Porfiriato. Anteriormente ya se contaba con el ferrocarril que corría de la Cd. de México hasta Veracruz, el principal puerto del Golfo de México, cuya construcción inició en 1852 y Lerdo de Tejada lo inauguró el 3 de febrero de 1873. Una vez que Díaz se consolidó en el poder comenzó la construcción de ferrocarriles dirigidos a la frontera norte y a gran escala. Desde 1880 hasta 1885 las concesiones fueron cedidas a los extranjeros, primeramente inversionistas norteamericanos. Sin embargo, entre 1886 y 1895 los empresarios provenientes del Reino Unido acapararon la totalidad de las concesiones ferroviarias, pero a partir de 1896 y hasta 1905 los estadounidenses comenzaron una contraofensiva para recuperar el control de los ferrocarriles mexicanos. Finalmente, en 1909 los ferrocarriles fueron nacionalizados y permanecieron así 82 años hasta que en 1991Carlos Salinas de Gortari los privatizó. Asimismo, el 1 de junio de 1880 y el 16 de diciembre de 1881 el Congreso de la Unión legisló en materia de ferrocarriles, sometiendo a jurisdicción del gobierno federal las concesiones a inversionistas, así como contratos, modificaciones, tendidos de vía y demás, garantizando así la injerencia del gobierno en la economía. Asimismo se estimuló el desarrollo de las compañías ferroviarias otorgando terrenos colindantes y estableciendo subsidios por cada kilómetro construido. Uno de los proyectos de las compañías norteamericanas era construir una línea entre México y Estados Unidos. Hacia 1911 el país contaba con más de 20.000 kilómetros de vías ferroviarias, cuando en 1876 apenas existían 800. Cuando en 1908 el periodista James Creelman le entrevistó, Díaz afirmó:

"Los ferrocarriles han desempeñado importante papel en la conservación de la paz en México. Cuando por primera vez me posesioné de la presidencia en 1876,, sólo existían dos pequeñas líneas que comunicaban la capital con Veracruz y Querétaro. Hoy tenemos más de 19.000 millas de vías férreas".


Otro factor que permitió el desarrollo del México porfiriano fue la inversión extranjera, ya que los empresarios de otros países deseaban aprovechar los recursos naturales de México, que no pudieron ser explotados por los mexicanos durante el siglo XIX debido a las guerras civiles e intervenciones extranjeras. Esto ocurrió durante el marco mundial de la competencia económica, en que las potencias económicas luchaban por conseguir la primacía mundial. Durante este período en México creció la industria, en su rama extractiva, la agricultura de productos tropicales encaminada a la exportación, además de todas las ramas de la economía, que siempre estuvieron orientadas al desarrollo de México en el exterior. Díaz y sus asesores concedieron todas las facilidades necesarias a los inversionistas extranjeros, a fin de que desarrollaran su actividad y, con el apoyo del gobierno, pronto dominaron la economía del país. Situación que, por supuesto, no fue bien vista por todos aquellos que defendían la idea de que el desarrollo económico del país debía depender de mano y obra y financiamiento mexicanos y no extranjeros.

José Yves Limantour, político mexicano. Economista de profesión, trabajó desde 1878 en el Ministerio de Hacienda y Crédito Público. Durante el gobierno de González fungió como analista económico de la presidencia y al regresar Díaz a la presidencia fue nombrado Oficial Mayor de Hacienda, bajo las órdenes de Manuel Dublán. A la muerte de éste en 1892, salió de la Cámara de Diputados, donde presidía la Comisión de Hacienda y, por recomendación del suegro de Díaz, Romero Rubio —su padrino de boda—, fue nombrado Ministro de Hacienda, cargo desde el que dirigió libremente la economía nacional hasta 1911, cuando la Revolución mexicana lo desterró. Nunca regresó a México y finalmente, murió en 1935 en Biarritz (Francia).

Con la llegada de los capitales a México, se vio la necesidad de crear una infraestructura de transporte que permitiera el desarrollo de la industria, y así se pudo generar comunicación entre las diversas regiones del país, ya que muchas de ellas habían estado alejadas del resto del país por muchos años, como en el caso de los estados norteños, SinaloaChihuahua y Coahuila. Así se construyeron redes de telégrafo y teléfono, y se mejoraron las comunicaciones entre los puertos. Entre 1877 y 1911 se construyeron de 7.136 a 23.654 kilómetros en cuestión de vías telegráficas y así la clave morse fue un factor más en el desarrollo de las comunicaciones en México. El sistema de correos, que durante todo el siglo XIX fue atacado por los bandoleros, logró un relativo crecimiento con la paz porfiriana, puesto que se establecieron más de 1200 oficinas de correo. En 1876Alexander Graham Bell inventó el teléfono, que llegó a México el 13 de marzo de 1878, cuando el pueblo de Tlalpan, en el Distrito Federal recibió la primera llamada telefónica. Trece años más tarde, en 1891 la primera compañía de teléfonos mexicanos, contaba con más de 1000 suscriptores y ese mismo año se publicó la primera guía de teléfonos en la historia del país. Ese mismo año el ingeniero alemán Alfred Westrup instaló líneas telefónicas para la policía de la capital, y para 1893 ya existían las primeras líneas particulares. En 1897, el servicio telefónico se extendió a todas las ciudades del país, como MonterreyPuebla y Guadalajara, entre otras.

Un proyecto surgido de corporaciones alemanas llegó a su conclusión trayendo a México la electricidad, que se generaba por medio de turbinas que, impulsadas por la fuerza de gravedad almacenada en los depósitos de agua subterránea, producían la electricidad. Asimismo, la ingeniería permitió aprovechar la orografía de México para estimular la creación de plantas hidroeléctricas, con lo que se pudo incrementar la producción económica de México. En Veracruz se descubrieron reservas de petróleo en 1879, y hacia principios de 1887 el empresario estadounidense nacionalizado mexicano, Adolph Autrey, creó las primeras refinerías del país.

La industria fue una de las ramas que más atención y presupuesto recibió durante el Porfiriato. En la minería, México ocupó en la época del Porfiriato el primer lugar en producción de plata y se ha mantenido en este puesto desde entonces. La producción de metales y combustibles se incrementó con el único fin de exportarla hacia otros países. La inversión extranjera se incrementó a partir de 1895, y con ello se abrió pie al inicio de la industria de la transformación, que empezó la fabricación de textiles, papelería, calzadoalimentosvinoscervezacigarrosquímicoslozavidrio y cemento. Asimismo, a principios del siglo XX, se creó en México la primera planta de industria siderúrgica, que en su tiempo fue la primera de América Latina.

El comercio se fortaleció debido a la expansión del sistema ferroviario y a que el gobierno decidió suprimir las alcabalas, impuesto que exigían los estados de la República y que hacían más lento el trámite comercial. El gobierno planteó la necesidad de crear productos dirigidos a la exportación, por lo que el país comenzó a depender económicamente de los capitales extranjeros. El comercio externo estuvo orientado a satisfacer las necesidades agropecuarias e industriales, por lo que se generaron productos como oro, plata, henequéncauchoixtlegarbanzochile, pieles, maderas —tanto finas como para construir—, animales de tiro, caféfrijolvainilla y azúcar. Aunque la producción no fue tan grande como en otros países, si registró un relativo aumento con respecto a la economía mexicana durante los primeros cincuenta años de vida independiente. En el terreno de las importaciones, se compraron del exterior materiales como hierrocemento y cal, así como materiales para la construcción y establecimiento de empresas, tecnología para ferrocarriles, telégrafos y teléfonos, materiales para construir máquinas de tracción animal, textiles y otros artículos de lujo, como espejosporcelanasrelojes y muebles. Hacia finales del porfiriato, las exportaciones disminuyeron con respecto a las importaciones, por lo que la balanza comercial se mostró desfavorable a la economía de México.