Después de haber sido descubierta una conspiración contra el gobierno español en la cual participaban Ignacio Allende y la corregidora Josefa Ortíz de Domínguez, el 16 de septiembre de 1810, el cura Miguel Hidalgo y Costilla dio lo que se conoce como el Grito de Dolores. De esta manera se inició formalmente la lucha por la Independencia de México. Durante todo este año, miles de insurgentes siguieron al Cura Hidalgo en su lucha por la emancipación nacional, y el caudillo emitió diversos bandos mediante los cuales suprimió la esclavitud y restituyó tierras a los indígenas. En la lucha las huestes independentistas tomaron San Miguel el Grande (hoy de Allende), Celaya y Salamanca sin resistencia. En Guanajuato encontraron oposición pero con la toma de la Alhóndiga de Granaditas, gracias a la acción heroica de Juan José Martínez, conocido como "El Pípila", quien con una losa en la espalda llegó a la puerta del granero incendiándola, los insurgentes consiguieron ganar la plaza para así continuar a Valladolid. Hidalgo continuó su ruta hacia la Ciudad de México, y ya próximo a ella, en el Cerro de las Cruces derrotó al ejército realista. Una decisión inexplicable por parte de Hidalgo provocó que los insurgentes no tomaran la capital, sino que regresaran a Valladolid, desmoralizando y desalentando a una buena parte de sus seguidores, los cuales decidieron abandonar al caudillo.
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