El 27 de septiembre de 1821, Iturbide, al frente del ejército de las Tres Garantías, entró triunfante a la ciudad de México. Los antes novohispanos se tendieron la mano olvidando antiguos rencores. El ánimo de los nuevos mexicanos estaba impregnado de buenos augurios para la patria, que comenzaba ese día su vida y que pasaba a formar parte de las naciones libres e independientes. Pocos vislumbraron entonces la complejidad de la empresa iniciada: una cosa era independizarse de España y otra mucho más difícil significaba romper con el régimen colonial y todas sus implicaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario