Al producirse la guerra civil española, nuestro país multiplicó su colaboración con la República Española y trató dentro de lo posible de defender su causa. La posición mexicana buscó aliviar el drama español. Por ejemplo, ya desde 1937 llegaron al país un grupo de niños españoles que recibieron asilo en Morelia por lo que se les conoce como los "Niños de Morelia". Al triunfo de la intervención extranjera, cuando las fuerzas republicanas españolas fueron vencidas -derrotando con ello la libertad y los valores democráticos-, México abrió sus puertas a los refugiados españoles. México mantuvo y reconoció siempre sus vínculos con la República española sin otorgar jamás categoría de gobierno a la dictadura de Francisco Franco. Así, quedó escrita una página significativa de solidaridad y dignidad internacionales.
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