Hacia 1861, el Poder Legislativo había inclinado el peso de la balanza a su favor constituyéndose sin duda en la fuerza política más importante del momento, por encima incluso del Ejecutivo. Juárez, por su parte, necesitaba triunfar en las elecciones para poder gobernar dentro del orden constitucional. Tras una votación muy cerrada, el gobierno juarista apenas salvó su existencia, pues con unos votos de diferencia, se hubiera destituido al Ejecutivo. El Congreso declaró presidente constitucional a Benito Juárez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario