Según los datos del PREP, la participación ciudadana fue de 65 por ciento, es decir, sólo 35 por ciento de los empadronados optaron por el abstencionismo. Hace seis años la participación electoral fue de 77 por ciento, una de las más altas de la historia del país.
El consejero presidente del IFE, José Woldenberg, señaló que el de ayer es el cambio político más radical del México moderno y dijo estar satisfecho "por haber pasado la prueba".
Apuntó poco después de la medianoche: "Somos un país en el cual el cambio en el gobierno puede realizarse de manera pacífica, mediante una competencia regulada, sin recursos de fuerza por parte del perdedor, sin riesgos de involuciones; eso es la democracia".
Germán Martínez, de la Alianza por el Cambio, hizo un reconocimiento a la ciudadanía, al IFE y a la actitud asumida por el presidente Ernesto Zedillo de reconocer los resultados. Señaló que será recordado como un demócrata y un estadista que supo reconocer la derrota del partido en el gobierno.
Agregó que esa alianza recibe con humildad el mandato de las urnas; "habremos de honrar los compromisos de campaña y a quienes ya no están y hubieran querido ver este día como Manuel Gómez Morín y Manuel J. Clouthier".
El representante del PRI, Marco Antonio Zazueta, afirmó que su partido cree en la institucionalidad y sabe honrar la democracia y defenderla, por lo que ante la derrota actuarán "con dignidad y congruencia política".
En tanto, Jesús Ortega, representante de la Alianza por México, advirtió a los ganadores que si su gobierno se constituye sólo en un cambio de nombre, de hombre, el PRD mantendrá su posición firme y digna.
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